lunes, 15 de febrero de 2016

Día 13 (13/11/2013) - Reencuentro con Kokila

Hoy va a ser un día muy especial para Naiara. Lo primero que hacemos es lo habitual, desayunar y montarnos en el coche, pero hoy será diferente, porque vamos a dejar atrás la India turística para adentrarnos en la India que prácticamente ningún turista conoce.

Nos espera un largo y desconocido viaje, ya que Negi nunca ha estado por estos lares. Ponemos rumbo a Anand, una pequeña ciudad del estado de Gurajat. Vamos a visitar a nuestra familia India, en la que hace unos siete años Naiara vivió con Kokila durante tres meses. La relación que se formó durante ese tiempo fue fuerte y estrecha, por lo que decidimos que no podíamos dejar de visitarles en este viaje (y aunque aún no lo sabemos, tampoco en los que vendrán). 

Tras un viaje donde incluso nos perdemos, llegamos a Anand y no podemos tener un mejor recibimiento. Kokila nos esta esperando en la estación del tren con su hijo Pinku y el reencuentro es emocionante para ambas, ya que tras la despedida años atrás, no pensaban que se volverían a ver... pero por suerte no ha sido así y después de mucho tiempo, estamos juntas otra vez.   


A partir de ahora, no veremos grandes monumentos y aprenderemos poco de la historia de este majestuoso país, pero nos adentraremos de lleno en una cultura muy diferente a la nuestra y Naiara ayudará a que Roberto descubra otra forma de vida, provocando la vuelta a un cierto origen en ella y que él comience a cuestionarse cosas.

Para empezar bien, lo primero que hacemos es dar una vuelta en moto por la ciudad con el marido y cuñado de Kokila (a quienes es la primera vez que vemos) y como ya habréis podido ver, las medidas de seguridad brillan por su ausencia.


De vuelta a casa, no hay nada como sentarse a jugar con los niños del barrio, todos dentro de casa de Kokila. La barrera del idioma no existe, con gestos, sonrisas y más de una trampa, nos incluyen en sus juegos como si fuéramos amigos de toda la vida.


Cenamos todos juntos sentados en el suelo, como bien recuerda Naiara, mientras compartimos historias de nuestro viaje y nos ponemos al día de las cosas que nos han pasado en estos años. A la hora de dormir, nos ceden su cama (aunque insistimos en que no es necesario) y ellos duermen en las habituales y finas colchonetas en el suelo. Al meterse en la cama, Naiara resume el día de hoy: "vuelvo a estar en casa". Ondoloin.