lunes, 29 de mayo de 2017

Día 8 (19/04/2017) - Nos vamos a Gozo

Antes de irnos de la isla de Malta, decidimos conocer la ciudad de Mosta, famosa por la Catedral de la Rotonda en la que, en plena Segunda Guerra Mundial, cayó una bomba durante una misa y no explotó.




















En la sacristía hay una réplica de la bomba que fue lanzada. La verdad, da un poco de yuyu...


Al salir, encontramos un puesto de café pre-cio-so y... ¡¡¡es imposible resistirse!!!


Cuando termina la siesta del pequeño, jugamos un poco en un parque y nos ponemos rumbo al ferry a Gozo. En el trayecto, hablamos con el dueño del apartamento en el que nos alojamos y quedamos en que nos espera allí mismo, así que disfrutamos del trayecto viendo Comino de camino (jeje).


Nada más llegar, nos enseña el apartamento (con vistas a la bahía de Xlendi), dejamos todos los trastos y partimos rumbo a los acantilados de Ta´Cenc, en el sur de la isla. El objetivo principal es encontrar los inquietantes "surcos de carro", ya que no pudimos dar con ellos en el trekking de Dingli. Caminamos por los alrededores de un famoso hotel y llegamos hasta los acantilados, que impresionan por su altura.




Nos cuesta un buen rato dar con ellos, pero por fin... ¡Surcos de carro! Estas gigantes marcas en la roca que ni van, ni vienen de ninguna parte, y que se encuentran en lo alto de un acantilado de más de 130 metros, son uno de los grandes interrogantes de las isla de Malta. ¿Qué serán? ¿Quién o cómo las haría? La teoría extraterrestre está servida...






Después de pasear un largo rato por la zona, cogemos de nuevo el coche y volvemos a Xlendi para rodear la pequeña bahía antes de retirarnos por hoy.



Ha sido un día bonito, pero bastante ajetreado, así que os dejamos con las vistas desde nuestro balcón. Ondoloin!


martes, 23 de mayo de 2017

Día 7 (18/04/2017) - Trekking de Dingli a Blue Grotto

Hoy vamos a hacer el último trekking de Malta, así que desayunamos bien, nos vestimos para la caminata y nos dirigimos al sur, al centro de interpretación de Dingli. Aparcamos el coche y nos plantamos en los acantilados en dos pasos. Nos esperábamos una altura de infarto, pero unas huertas situadas justo debajo difuminan un poco la impresión, aunque no la belleza.



Caminamos rodeando el radar que controla el tráfico aéreo de Malta, hasta la Capilla de Santa María Magdalena, desde donde hay unas vistas preciosas.



Tratamos de encontrar los enigmáticos surcos de carros, pero no hay manera...para gran decepción de Roberto. Pasamos por los restos de una aldea de la Edad de Bronce, aunque la verdad es que no están señalizados ni protegidos.



Disfrutamos de las vistas desde la cima de la colina y bajamos por el sedero hasta adentrarnos en la Fawwara, un entorno idílico de precioso huertos y antiguas casas reconvertidas en chalés.




Paramos para refrescarnos y que el niño coma algo, porque hoy el sol pega fuerte, y después retomamos el camino. No es muy interesante en un tramo, sólo hay un pequeño acueducto en el camino, hasta que llegamos de nuevo a los acantilados, desde donde se avista la pequeñísima e inhabitada isla de Filfla.




Enseguida llegamos a los antiquísimos templos de Hagar Qim y Mnajdra. Este yacimiento arqueológico es el que mejor se conserva en Malta, con una ubicación sin igual sobre los acantilados. El primer templo que se visita tras pasar por el centro de visitantes es Hagar Qim, una estructura hecha de piedras gigantes y que carece de planta trebolada (que disponen el resto de templos de la isla).


En el interior, se pueden ver varios altares, algunos de ellos ricamente decorados.





















También se encontraron estatuillas de "damas gordas" y la famosa "Venus de Malta", que actualmente están en el Museo Nacional de Arqueología de La Valeta. Al atravesar el templo, nos fijamos en el gigantesco megalito que hace de pared del templo, de más de 20 toneladas.


Bajando por el sendero, nos encontramos con el templos de Mnajdra, con tres templos de planta trebolada y datados entre el 3600 y el 3000 AC.



Parece que el templo sur presenta alineaciones solares y de hecho, se puede asistir al acontecimiento de los solsticios de verano e invierno gracias a las visitas guiadas que organiza Heritage Malta. Nosotros no podemos disfrutar de esa experiencia, pero sí vemos los agujeros de la fachada que permiten pasar los rayos del sol.




De vuelta en el sendero, nos dirigimos hacia la Blue Grotto, o gruta azul, última etapa de la ruta. Se nos ha hecho tarde y tenemos muuucha hambre, así que decidimos comer pescado fresco en una terracita antes de coger el barquito para ver la famosa gruta.




Cuando terminamos de comer, damos el paseíto en barco por los acantilados, acompañados de un grupo de españoles. La vista de los acantilados desde el mar es... ¡indescriptible! Juzgad vosotros mismos.






















Tras finalizar el paseo en el barquito, nos queda coger un bus público para que nos lleve hasta donde hemos dejado el coche. Falta un buen rato para que llegue el bus, con lo que tras mucho pensarlo, decidimos subir la "cuestecita" hasta la carretera principal y admirar la Blue Grotto desde el mirador. La estampa es más maravillosa si cabe...


Mientras Roberto esta haciendo la foto, se acerca el autobús a toda pastilla y aunque no somos los únicos en la parada, pasa de detenerse y baja al pueblo, Wied Ed-Zurried. Pensando que a la vuelta no se detendrá, esperamos un rato hasta que comienza a subir y a Roberto no se le ocurre nada mejor que ponerse en medio de la carretera haciendo señas para que pare... ¡al final para! Al subir, nos damos cuenta de que la conductora tiene serios problemas de autocontrol y dice que no estábamos en la parada cuando ella ha pasado... Seguimos sin saber dónde estábamos;)
De todas formas, le agradecemos que al rato de arrancar con nosotros a cuestas, pare en seco el bus y ordene a alguien que se levante para que Naiara se siente con el niño. Aunque desde la más gigantesca locura, ha tenido una buena idea. En otro momento del trayecto, a pesar de que baja gente en una de las paradas, se niega a dejar subir a dos turistas aduciendo que esta "full" y ahí los deja, plantados en mitad de la nada.

En fin, llegamos por fin al coche, damos las gracias a todos los dioses por llegar vivos y vemos un atardecer sin igual en los acantilados de Dingli.


El día ha sido precioso, hemos caminado mucho (y hemos visto parajes inolvidables) y estamos cansados, así que ducha, cena y a dormir. Ondoloin!

lunes, 15 de mayo de 2017

Día 6 (17/04/2017) - Comino y bahía de Ghajn Tuffiena

Hoy va a ser un día bonito, porque nuestros ojos van a disfrutar de un de las más hermosas vistas de Malta: la Laguna Azul. Desayunamos rapidísimo y partimos hacia la península de Marfa, desde donde cogemos un bote hacia la pequeña isla de Comino.

El trayecto es bastante movidito con las olas, pero estando al pecho de la ama, el miedo se pasa mejor... Nada más llegar, antes de desembarcar, la laguna azul nos conquista con sus aguas cristalinas. Si no hiciera este viento, igual nos bañábamos, pero...



Nos proponemos rodear la isla a pie para disfrutar de sus parajes y las vistas son realmente impresionantes.






Por el camino, nos encontramos con la torre de Santa María y con la batería.





Pero prácticamente no vemos a nadie hasta llegar a las playas del otro extremo de la isla, donde también hay un hotel que no abrirá hasta meses más cálidos. Tenemos hambre, así que damos buena cuenta de los bocadillos y fruta que habíamos preparado.





















Seguimos con la ruta, que esta vez transcurre más por el interior de la isla, menos espectacular que sus acantilados y casi sin darnos cuenta, estamos otra vez en la Laguna Azul. De vuelta en el bote, nos enseñan algunas grutas de la isla y los acantilados, con aguas de mil azules. Es simplemente precioso.



Como hemos vuelto temprano, decidimos ver la bahía de Golden Bay, pero en Tomtom nos lleva a Ghajn Tuffiena (justo al lado) y decidimos no dar más vueltas. Bajamos los 186 escalones hasta la playa y descubrimos el gran acierto del tomtom: es preciosa.


Nos tomamos un merecidísimo café antes de rodear la playa y ascender un poco la colina para ver las vistas más espectaculares de la bahía.



El día de hoy ha sido hermoso y nuestro pequeño amor se ha portado de lujo, como siempre... Ondoloin!