martes, 30 de enero de 2018

Día 21 (13/11/2017) - Valle de Viñales

A las 9:00 llegará el guía a recogernos y como ayer no llegamos a un acuerdo con la casera sobre el precio del desayuno, a las 8:00 salimos al pueblo a desayunar y de paso, a cambiar dinero. Después de un buen desayuno, volvemos a casa y decidimos junto con Miguel, el guía, la ruta que haremos. Todavía no lo sabemos, pero en total serán ¡5 horas de caminata (7-8km)!




El día está nublado y ayuda a que la temperatura no suba mucho, pero la humedad es tremenda y al poco de ponernos en marcha, Luar ya está dormido y empapado en sudor. Pronto, paramos en el secadero de tabaco del Señor Leonardo (Da Vinci, según él😊), quien nos muestra orgulloso su foto en nuestra guía (Lonely Planet). Nos explica brevemente el proceso del tabaco desde la semilla (diminuta) al secado, que se hace en estas características construcciones. Nos ofrece tabaco, pero como ya lo compramos en Santa Clara, nos despedimos de él.





















Miguel nos lleva loma arriba hasta el Balcón del Valle, un restaurante desde donde tenemos unas vistas extraordinarias del Valle de Viñales y sus mogotes.




Tras tomar un jugo de piña refrescante y permitir a Luar estirar las piernas un rato, retomamos la marcha pasando entre bucólicos paisajes naturales, campos de cultivo y guajiros a lomos de caballos.

























Llegamos hasta el famoso (aunque no muy bonito) Mural de la Prehistoria y tras sacar la foto de rigor y descansar un poco, nos ponemos de nuevo, rumbo a Viñales. 


Ha sido una bonita (y agotadora) excursión, con bellos parajes y campesinos sonrientes. Muy recomendable. 




Comemos al lado de una pareja catalana y por supuesto, ¡también acabamos hablando de política! El resto de la tarde transcurre apaciblemente en el pueblo y en casa, donde charlamos con la pareja francesa que viaja en bicicleta con su hija de 1 año. Los niños, por supuesto, se divierten jugando y trasteando en la casa. 

Volvemos a salir a cenar, pero el pequeño no prueba bocado y al llegar a casa cae rendido. Ha sido un duro y hermoso día. Ondoloin!

lunes, 29 de enero de 2018

Día 20 (12/11/2017) - A Viñales

Hoy toca viajar hasta Viñales y lo hacemos en dos tramos: Varadero - La Habana y La Habana - Viñales. Los adultos nos despertamos temprano y bajamos a desayunar por turnos, porque hoy que toca madrugar, Luar duerme más que nunca.

A las 8:30 en punto, el taxi colectivo nos recoge en el hotel y decimos adiós a Varadero sin pena: no ha sido una gran experiencia y no creemos que se vuelva a repetir. Por el camino, no falta la conversación política con el conductor, que responde a todas las cuestiones que le planteamos nosotros y también el chico argentino con el que viajamos. Él es definitivamente castrista o al menos, no es abiertamente anti-castrista. Hacemos una parada para estirarnos y disfrutar de las vistas.


Llegamos a La Habana y tras dejar al argentino cerca de su casa, el conductor nos lleva a la terminal de buses donde cogemos otro colectivo que compartimos con una pareja alemana. Ellos pararán en Soroa (a pesar de que inicialmente iban a Las Terrazas) y de camino, charlamos con el nuevo conductor (médico entre semana y taxista los findes) sobre todo lo humano y lo divino (con la tarea de traductora de Naiara, para los alemanes).

Al final el viaje se nos hace larguísimo y llegamos a Viñales a las 14:00. La casa a la que vamos esta completa, pero ya se ha encargado de buscarnos alojamiento en la casa de su hijo. Llegamos, dejamos todo en la habitación y salimos a comer. Luar está reventado y en cuanto lo ponemos en la mochila se duerme, así que aprovechamos para familiarizarnos con el pueblo.


Paseamos por la calle principal (chequeando precios de comida) y estamos un rato en la plaza conectados al wifi para avisar a la familia de que estamos bien. Como el niño no se despierta, seguimos caminando por entre unas casas y siguiendo la silueta de los mogotes con la ilusion de tener una buena vista y tras caminar un rato y recibir indicaciones de unos turistas (sentados en sendas hamacas en el porche de una casa, mientras sus hijos juegan con los niños de la casa), logramos acercarnos bastante a uno de ellos.





Cuando el niño se despierta, jugamos un poco en la plaza y paseamos un poco más hasta la hora de cenar.


Estamos rendidos y decidimos retirarnos hasta mañana, que haremos una caminata con un guía por el valle de Viñales. Ondoloin!

Día 19 (11/11/2017) - Mejorando en Varadero

Hoy todos hemos descansado más y mejor, y empezamos a ver las cosas de otro modo, o lo intentamos. Antes de desayunar, Naiara se acerca al mostrador donde reservamos la horrible cena de ayer y le comenta al amable señor todo lo ocurrido. El pobre hombre nos pide disculpas, aunque no disimula su hastío y nos cuenta que a pesar de que el hotel tiene muchos asesores españoles cobrando un dineral, nunca se molestan en "vigilar" mínimamente el servicio y después le toca a él dar la cara ante los clientes. Además, se ofrece a intentar "colarnos" para cenar hoy en el restaurante a la carta especializado en marisco¡! Quedamos en que más tarde pasaremos a preguntar y nos vamos a desayunar un poco más contentos. 

Hoy decidimos aprovechar que la piscina está desierta por la mañana y nos damos un chapuzón tranquilamente.



Seguimos el día en la playa, donde comemos algo rápidamente en el Ranchón con vistas al mar...



Después de la siesta de Luar y tras recibir el maravilloso regalo de una nueva cena llena de marisco, volvemos a la playa un rato hasta que el sol comienza a irse...


Y casi oscureciendo, Luar se emociona en la piscina a la que hasta ahora no había querido entrar. ¡Y no hay quien le saque!


Cuando ya tiene los labios morados y los dedos más arrugados que un abuelito, conseguimos sacarlo del agua para darnos una ducha antes de cenar. El restaurante es otro mundo en comparación con el de ayer: personal educado, atento y muy simpático con el niño (le hacen pescado rebozado especialmente para él) y la comida.... ¡deliciosa!


Definitivamente, el día de hoy ha sido mucho más bonito que el de ayer, hemos disfrutado algo más de no hacer nada y hemos comido cositas ricas. Pero tenemos ganas de volver a Cuba... 😆
Ondoloin!


miércoles, 24 de enero de 2018

Día 18 (10/11/2017) - ¿Qué se hace en un Todo Incluido?

Al despertarnos, decidimos desayunar y caminar a la playa, ya que ayer ni nos acercamos... La noche no ha sido tan reparadora como esperábamos y vamos un poco a cámara lenta, pero conseguimos ponernos en marcha y bajamos a desayunar.


El comedor está a tope y la verdad, nos agobiamos mucho intentando que Luar aguante tranquilo mientras uno de los dos intenta hacerse con el desayuno para todos. Después nos vamos a la playa dando un corto paseíto y descubrimos más masificación y cuerpos achicharrados al sol... qué poco nos gusta esto...


Creíamos que Luar aguantaría hasta la hora de comer, pero es imposible, así que se echa una siestita mientras lavamos ropa a mano (para sentirnos  normales y ahorrar una pasta). Antes de comer, reservamos una cena a la carta en el restaurante oriental del resort, que nos corresponde por estar 3 noches, y nos dan la opción de ir hoy mismo.


Después de comer, jugamos en la piscina mientras un grupo ruidoso se pone tibio a mojitos, ron a palo seco y demás drogas blandas... Nosotros probamos también el mojito, que aunque no está mal, tampoco es memorable.


Sorprendentemente, el pequeño se echa otra siesta y Naiara, que está especialmente agobiada con el resort, baja al bar de la entrada a leer un poco mientras se pregunta ¿qué se hace en un Todo Incluido?


Para colmo de males, el restaurante oriental es un absoluto fiasco, nos atienden tarde y mal y la comida es simplemente horrorosa. Para que os hagáis una idea, los mismos camareros nos recomiendan ir a comer el postre al buffet, porque sólo tienen helado de postre...

No coment.

Ondoloin!

Día 17 (09/11/2017) - A Varadero

Nos ponemos en marcha temprano, desayunamos y esperamos la colectivo que nos llevará a Varadero, a nuestra ¨luna de miel¨.


El viaje se hace más largo de lo esperado, pero por fin llegamos y nos ponen la pulserita del todo incluido (es nuestra primera vez). Nuestro hotel es el Barceló Sol y Mar, por si le interesa a alguien.



La verdad es que no nos sentimos muy cómodos con la aglomeración de turistas, con las colas para comer, la falta de conversación local... Si es que, no hemos nacido para ricos. 😂

El día pasa sin darnos cuenta, mientras nos enteramos de cómo funciona la historia. Cenamos tempranito y nos acostamos todos en una cama gigante. Ondoloin!

lunes, 22 de enero de 2018

Día 16 (08/11/2017) - El Ché vive II

Esta noche ha sido movidita (por el niño) y nos despertamos más tarde de lo previsto, ya que queremos ir a pie al mausoleo del Ché y si nos retrasamos, el sol nos dará de lleno. Desayunamos, preparamos algo de fruta para el hamaiketako y ¡en marcha! Tenemos un par de kilómetros de caminata, así que vamos buscando la sombra aunque parece que hay algunas nubes... De camino nos paramos a ver los murales (bastante irónicos y con doble sentido) que artistas locales han realizado basándose en la relación EEUU-Cuba y en el mundo en general.





















Seguimos caminando hasta el Conjunto Escultórico Comandante Ernesto Ché Guevara, plato fuerte de Santa Clara y de gran valor "sentimental" para nosotros. Es una plaza enorme que está separada en dos por la carretera, y coronada por una estatua del Ché erigida en 1987 (¡¿coincidencia?!) para conmemorar el 20º aniversario del asesinato del Comandante en La Higuera, Bolivia (donde ya estuvimos hace unos años, míralo aquí El Ché vive ). 



Junto a la estatua, escrita en bronce sobre la piedra, la carta de despedida del Ché a Fidel y al pueblo cubano, pone los pelos de punta. Para Naiara es uno de los puntos de inflexión de este viaje, como lo fuera la Quebrada del Churo en Bolivia, y se emociona (todo lo que Luar le deja).



Detrás de la estatua, está el mausoleo que contiene 38 nichos tallados en piedra en honor a los otros guerrilleros fallecidos en Bolivia y está rodeado de vegetación, tal vez recordando el lugar donde fueron emboscados. En 1997 los restos del Ché y otros 16 de ellos se recuperaron de una fosa común en Vallegrande, Bolivia y se depositaron aquí, tras lo cual Fidel Castro prendió la llama eterna el 17 de octubre en el interior de este mausoleo. No tenemos imágenes del lugar, ni del museo colindante (con objetos de la vida del Ché), porque está prohibido acceder con nada que no sea un pequeño bolso de mano (como anécdota, Luar iba dormido en la mochila y me pidieron que la dejara en la consigna...¡hasta que vieron al niño!).

Mientras visitamos el "jardín-cementerio" del exterior donde también hay una llama permanentemente encendida, cae un chaparrón de escándalo (señal que Naiara interpreta positivamente por "mitos" familiares del pasado) y nos tenemos que refugiar bajo unas buganvillas. Ponemos unas flores en la llama eterna, nos despedimos hasta siempre del Comandante y nos ponemos rumbo a la ciudad comentando qué sensación tan diferente vivimos en la Quebrada del Churo y La Higuera, más íntima, más profunda en aquella ocasión; no sabemos si más personal o más mística, pero seguro diferente.


Cruzamos toda la ciudad hasta la estatua del Ché y el Niño, situada junto a la oficina provincial del Partido Comunista de Cuba (único partido político legal en Cuba), que muestra al Ché con un bebé en brazos, simbolizando ese "hombre nuevo", la nueva generación.


Luar se despierta y decidimos que es hora de visitar el Monumento a la Toma del Tren Blindado, punto final de nuestro peregrinaje. El 29 de diciembre de 1958 este lugar y el tren pasaron a la historia cuando el Ché y un grupo de 18 jóvenes revolucionarios hicieron descarrilar un tren blindado que llevaba 350 soldados de Batista, valiéndose de un buldózer (que enloquece al pequeño) y cócteles molotov caseros. Aunque parezca de ficción, ganaron la batalla y derrocaron la dictadura de Batista.



Sólo un par de vagones ofrecen información sobre la operación, el resto ha sido "rellenado" con exposiciones de arte y demás, pero aún y todo, merece la pena.




















Terminada la ruta de hoy, vamos a comer langosta al restaurante El Gobernador (recomendado por familia cubana) y pasamos la tarde jugando en la plaza.


Ha sido un día de reencuentro muy emotivo. Ondoloin!