sábado, 31 de enero de 2015

Día 6 (26/01/2015) - Mindo y camino a la Amazonía

Nos despertamos después de una noche algo movidita. Entre el único mosquito que había en toda la habitación y que nos ha estado molestando y picando y el gallo que cacareaba en cualquier momento de la noche, no hemos descansado lo que hubiésemos querido, pero estamos en Mindo y todo eso ahora mismo da igual.

Salimos a la calle y nos ponemos rumbo hacia la tarabita, un lugar a cinco kilómetros del pueblo. Tomamos un taxi que nos sube hasta allí y después de pagar 10$ los dos, nos montamos en la tarabita, una caja metálica donde nos sentamos y vamos colgados sobre un cable a 150m de altura. El viaje es cortito pero maravilloso y sobrevolar el bosque contemplando sus vistas no tiene parangón. El vídeo sólo se puede ver en facebook, es demasiado grande para subirlo aquí.



Cruzamos y nos ponemos en marcha, ya que a través de un sendero puedes visitar distintas cascadas. El camino, que a tramos se hace algo duro por la humedad del ambiente, es gratificante, ya que caminamos escuchando el sonido del agua que se desplaza por la montaña, y las vistas de las cascadas junto con los parajes que les rodean, te hacen querer seguir caminando por más tiempo.






Acabamos la ruta y volvemos a la tarabita para volver a cruzar el bosque por las alturas. Las vistas son espectaculares y esta vez tratamos de no perdernos detalle del bosque de niebla.


De vuelta en Mindo, damos un paseíto y comemos muy rico. Vamos a buscar las mochilas al hostel y estando allí nos atrapa una terrible lluvia sin fin, así que nos tenemos que quedar allí hasta que amaina.

Antes de partir, Mindo nos deja una frase maravillosa, que esperemos que nos acompañe siempre... ¡de Mindo al Mundo!


Cogemos el autobús a Quito, llegamos al hostel y preparamos las mochilas para la selva. Queremos cenar en la azotea del hostel desde donde saldrá el bus, pero no hay sitio (a la vuelta seguro que vamos, porque hay unas vistas...) y terminamos en un restaurante cercano rodeados de blanquitos y sorprendiéndonos de lo riquísimo que está todo. 

A las 23:30 partimos hacia Lago Agrio, la puerta a la selva; los queda una noche larga...

lunes, 26 de enero de 2015

Día 5 (25/01/2015) - Mindo

Nos levantamos tarde pero descansados. En el día de hoy vamos a ir a Mindo, una localidad pequeña pero muy interesante por todas las actividades que se pueden realizar. Antes de partir, vamos a la agencia donde hemos contratado el circuito para la Amazonía a pagar por los servicios contratados y dejamos las maletas grandes en su consigna. Nos ponemos rumbo a la estación de autobuses, pero antes hacemos una parada en el camino para desayunar una empanada y un café con leche por un dolar.

Después de dos buses y de mantener una agradable conversación con un ecuatoriano llamado Cristian, nos montamos en el bus que en dos horas de trayecto nos llevará hasta Mindo.


Al llegar al pueblo buscamos alojamiento y después de regatear conseguimos una habitación por veinte dolares, y o el regateo no ha sido muy bueno, o es que por aquí los precios no bajan de esa cantidad. Dejamos todo en la habitación y nos vamos a comer.


Con el estomago lleno caminamos un par de kilómetros por el bosque, donde disfrutamos de unas vistas espectaculares del valle, y eso que está bastante nublado.



Al final del trayecto llegamos a nuestro objetivo, unas tirolinas que se encuentran en medio del bosque y de las que queremos disfrutar. Como es bastante tarde nos dicen que solo tenemos dos opciones: un circuito de dos u otro de tres tirolinas. Por el mismo precio, elegimos el más largo.



Las vistas son espectaculares y la sensación de volar atado a un cable por encima del bosque, indescriptible. Juzgad vosotros mismos.


Con la adrenalina a flor de piel, volvemos al pueblo y tras relajarnos un rato en el hostel, salimos con la intención de conocer un poco más el pueblo y de cenar algo.



Paseamos por sus calles en obras y cenamos en un lugar donde nos atiende un señor encantador. Probamos por primera vez la cerveza más bebida de Ecuador, la Pilsener, y la verdad es que sabe rica.


Con el estómago lleno y un sueño terrible nos acostamos, mañana seguiremos conociendo un poco mas de Mindo.

P.D. Hasta el sábado que viene no sabréis nada de nosotros, estaremos perdidos por la selva amazónica ecuatoriana. Esperamos que la espera de esos posts merezca la pena! Ondoloin!

domingo, 25 de enero de 2015

Día 4 (24/01/2015) - Mercado de Otavalo

El despertador suena a las 5:30 de la mañana, el día comienza temprano ya que vamos a Otavalo, para lo que necesitamos coger tres autobuses y algún otro medio de transporte como veréis más adelante.

Tomamos el primer bus hacia la terminal de Ofelia, como hicimos ayer cuando fuimos a Mitad del Mundo; hasta ahí todo bien. Nos habían dicho que luego teníamos que coger otro bus para ir a la terminal de Carcelen, donde se coge el bus hacia Otavalo. Preguntamos hasta a cuatro personas dónde podemos coger ese bus y tras mucho sudor lo conseguimos. Le decimos a la señora que nos cobra que nos avise para poder bajarnos en la parada que queremos, pero o se olvida o le damos igual, con lo que nos pasamos la parada. Después de decírselo, nos deja en medio de la nada y nos dice que cambiemos de carril para coger un bus de vuelta, pero ya nos hemos rayado, con lo que cogemos un taxi que por dolar cincuenta nos lleva a la puerta de la terminal. Compramos el ticket y tras hacer acopio de comida para desayunar, logramos por fin montarnos en el bus que nos llevará al mayor mercado andino. Nos quedan alrededor de dos horas de viaje.


El camino es una imponente sucesión de montañas y volcanes, rodeados de valles y gargantas espectaculares. Sentimos no poder ofrecer fotos, pero tendréis que fiaros de nuestras impresiones... o venir a verlo!

Finalmente llegamos a Otavalo y tras coger un taxi por un dolar,  nos plantamos en el mercado de animales. Mientras caminamos ya podemos ver y oir a muchos indígenas con chanchos (cerdos), gallinas, cuys o perritos dirigiéndose hacia el mercado para vender o intercambiar mercancía.



Como veis hay de todo: vacas, terneros, chanchitos, pollitos, patitos, cabras, ovejas, ocas, gatitos... Y sin duda lo más bonito, la gente.




Después caminamos hasta el mercado de artesanía, donde literalmente, nos volvemos locos con tantos colores alegres y vivos. Hay de todo y de todas las maneras y colores: ponchos, pañuelos, gorros de lana, mantas, collares, alfombras...



Por lo que nos invade una constante sensación de contrariedad por estar comenzando el viaje y no terminándolo, para poder llevarnos más cosas para la casa o para los familiares y amigos. Lo sentimos... En todo caso, algo nos llevamos y disfrutamos de cada regateo, de cada sonrisa de las señoras quichuas artesanas. Ahí van algunas fotos para que os hagáis una idea.



Comemos allí mismo, entre ellos, y seguimos paseando entre los miles de puestos por el mero placer de alegrar los ojos y observar a estas gentes tan maravillosas. Algunas estampas son realmente hermosas.



Finalmente toca empezar a volver a Quito y nos despedimos con algo de pena de Otavalo. Todavía es de día cuando llegamos a la ciudad y sólo ha empezado a oscurecer cuando entramos al hostal. Ha sido un día movidito, por lo que decidimos quedarnos aquí a reorganizarnos. Mañana toca Mindo y prepararlo todo para la selva... pero eso es otro cuento. Ondoloin!

sábado, 24 de enero de 2015

Día 3 (23/01/2015) - Mitad del Mundo y Quito

Nos despertamos temprano con la luz del sol y para las 7:30 ya estamos saliendo del hostel. El destino de hoy es Mitad del Mundo, es decir, el lugar exacto en el que el Mundo se parte por la mitad: latitud 0º 0' 0". Y ahí lo tenéis:


Llegar hasta allí nos ha costado casi hora y media y dos autobuses (son unos 13km...), pero ha merecido la pena.



Naiara hasta se ha pesado para hacer la tontería de comprobar si el peso es el mismo aquí, pero como no está segura de su peso, el experimento no sirve para mucho...


Con la entrada (la más simple y barata) hay acceso a algunas exposiciones muy interesantes y entre ellas, vemos una maqueta de la ciudad de Quito realmente imponente. Además, acompañan la maqueta con una explicación muy chula y haciendo que anochezca en la ciudad... Juzgad vosotros mismos:



Con esto nos despedimos de Mitad del Mundo, cuando justo comienza a despejarse y se dejan ver los volcanes adyacentes. La estampa es preciosa.


A la vuelta la intención es subir por la ladera del volcán Pichincha en teleférico, pero al llegar a la base, nos damos cuenta de que no merecerá la pena porque hay muchísima niebla, por lo que con un poco de pena, lo dejamos para otro día.


El resto del día lo dedicamos a disfrutar de la ciudad, que nos ofrece estampas así de bonitas.





Terminamos el día cenando en la calle bohemia de La Ronda y disfrutando de la magia de Quito.


Buenas noches desde nuestro refugio en Ecuador.



viernes, 23 de enero de 2015

Día 2 (22/01/2015) - Quito

Sobre las 5:30 los ojos se abren y remoloneamos una horita hasta levantarnos y ducharnos. El día empieza saliendo del hostel sobre las 7:30, ya totalmente de día. La ciudad parece perezosa y desayunamos un par de panecillos riquísimos mientras observamos a los quiteños en sus tareas cotidianas. Todos tan amables que no queda mucho para que quedemos prendados de su país y sus gentes. Caminamos hasta la Basílica del Voto Nacional, que se erige sobre uno de los cerros de la ciudad.


Justo cuando esperábamos para entrar comienza a llover débilmente y esta lluvia nos acompañará a ratitos todo el día. El interior es hermoso y pasamos un buen rato andando por las naves de la basílica.


Paseando, bajamos hasta la Plaza de la Independencia, donde en ese momento se encuentran los vecinos de una comunidad manifestándose enérgicamente cerca del Palacio del Gobierno. Han logrado que un señor de traje y corbata les atienda... para que luego se subestime al pueblo. Visitamos la Catedral y su museo, donde se encuentra enterrado el Mariscal Sucre, uno de los mas admirados libertadores, y como dicen acá, "lamentablemente" sacamos alguna foto hasta que nos informan de que está prohibido...




En la Iglesia de la Compañía de Jesús, Esteban, el guía gratuito, nos dedica por lo menos media hora en exclusiva para enseñarnos todos los secretos de la iglesia jesuita y se emociona cuando le contamos lo cerca que vivimos de donde procedía San Ignacio de Loyola y que además, casualmente, vimos los restos de San Francisco Javier en Goa, India. Las fotos en el interior están prohibidas, pero es realmente impresionante.



Volvemos a la Plaza de la Independencia donde antes nos hemos tomado unos juguitos, para disponernos a comer el plato típico de Quito: seco de chivo, o lo que es lo mismo, cordero acompañado de arroz, aguacate, papa y tomate. Impresionante.




Decidimos que como parece que el tiempo da una tregua, debemos aprovechar  para subir al panecillo, el cerro desde donde se adquieren las mejores vistas de la ciudad. Desde allí, la Virgen de Quito vela por su pueblo que se ve terriblemente inmenso.




Una vez abajo, la Plaza de San Francisco nos atrapa, amplia y llena de vida. Entramos al monasterio y disfrutamos de la calma que ofrece, para volver a salir a la plaza a disfrutar de la gente y el ambiente.



Bajamos por la calle de ronda, que fue refugio de bohemios antaño y cuna de artesanos actualmente y es uno de ellos quien nos guía por una de las casas donde trabajan pintores, chocolateros y demás artesanos. Escucharle hablar de realismo mágico es una delicia y otra delicia, ver alguno de los cuadros de esta corriente artística.



Tomamos un café y un chocolate ecuatorianos artesanales que saben a gloria, tomándonos una pausa en el camino. Seguimos caminando por la ciudad, encontrando estampas maravillosas de indígenas hablando en quechua, limpiadores de zapatos y mujeres porteando a sus bebés a sus espaldas.

Volvemos finalmente hacia el hostel, agotados tras muchísimas horas caminando, pero maravillados ante lo rápido que nos ha enamorado de todo esto... Mercedes Sosa nos acompaña en los tarareos de Naiara durante todo el día y mientras hacemos repaso del día en este momento... "todas las voces, todas"!