martes, 31 de marzo de 2015

Día 68 (29/03/2015) - Elecciones en Bolivia

Hoy es día de elecciones y en el ambiente se respira calma... No en vano, todos (o casi todos) los comercios deben permanecer cerrados al menos hasta que se cierren las urnas. Eso se traduce en calles desiertas de coches, buses o taxis, y salpicadas de viandantes con sus familias.


La tranquilidad se nos contagia y entre desayunar y hablar con la familia, echamos la mañana. 


Salimos casi a la hora de comer y tras pasear un poco por los alrededores del convento, encontramos el único establecimiento abierto: Dumbo, un mega restaurante con precios desorbitados. No nos queda otra, así que comemos allí mismo y probamos las salteñas por primera vez.



Por la tarde simplemente hacemos lo que el resto de la ciudad: pasear, sentarnos en la sombra y mirar a los niños jugar en la carretera desierta. La verdad es que es bien relajante.



Para cenar, ocurre algo increíble: buscando un supermercado donde comprar algo para cenar, nos damos de bruces con un restaurante japonés. El resultado es algo inevitable y delicioso:


Con la felicidad de una buena cena, nos retiramos a descansar. Mañana es otro día importante del viaje: visitamos a Mª Jesús, familiar de una amiga que trabaja en un internado de niños en Capinota, un pueblito cercano. Ondoloin!

Día 67 (28/03/2015) - Cochabamba

Llegamos a Cochabamba más cansados que antes de coger el bus, Naiara tenía la ventana de su lado rota y entraba tanto frío, que casi no ha pegado ojo. Desayunamos un mate de coca calentito y unas empanadas antes de salir a buscar alojamiento.

Un taxi nos acerca al centro y justo al lado del alojamiento que íbamos buscando encontramos el Hotel León, de nueva construcción y con un precio mejor que el otro... Sin dudarlo, pagamos las dos noches y nos metemos a la cama a descansar algo más. 

Para cuando Naiara se despierta, Roberto lleva ya un par de horas organizando el blog, las mochilas y el día en Cochabamba. Tras ducharnos, salimos a la ciudad, que ya de entrada, se nos antoja tranquila y manejable. 

Lo primero que hacemos es comer en un lugar que nos ha recomendado la señora del hotel y después, justo en una esquina de la plaza principal de la ciudad donde se encuentra la catedral, encontramos el Café París, un lugar donde sirven café de verdad y no podemos más que sentarnos a degustarlo.


Con la ilusión de haber tomado un buen café, nos ponemos rumbo al teleférico que nos llevará al Cristo de la Concordia, el segundo Cristo más grande después del de Río de Janeiro. La caminata es algo largo larga, pero vamos disfrutando de la tranquilidad de ciudad charlando tranquilamente.



Las vistas desde allí son espectaculares y Cochabamba se ve enorme! Con la tranquilidad del lugar, rodeados de cochabambinos, pasamos parte de la tarde tumbados a la sombra, y es que no lo hemos dicho, pero aquí hace calor!



Antes de tomar de nuevo el teleférico, sacamos a pasear al niño que llevamos dentro...


Volviendo a la ciudad nos encontramos con que, como mañana son elecciones regionales y municipales, han adelantado el Domingo de Ramos al sábado, por lo que entramos a la Catedral a ver cómo se celebra. 




Tras merodear un poco por el centro, volvemos al Café París a cenar, aunque los crepes salados que nos sirven no son tan buenos como el café... 


Nos retiramos a descansar, ondoloin!

domingo, 29 de marzo de 2015

Día 66 (27/03/2015) - Tiwanaku

Hoy decidimos despertarnos temprano para visitar las ruinas de Tiwanaku, aproximadamente a hora y media de La Paz. Nos vestimos, desayunamos y nos ponemos rumbo al cementerio, desde donde cogeremos una trufi (furgoneta) hacia las ruinas.

Al llegar, conocemos a una pareja de brasileiros que ya están esperando en la trufi a que se llene, porque claro, no sale hasta que esté llena. También hay otra pareja dentro, menos simpática de entrada, que comienza a quejarse por el tiempo pasado, porque no queremos pagar más por salir antes... Un verdadero incordio. Finalmente llegan 4 personas más, tres franceses y una chica de Barcelona, que completan la trufi. ¡Allá vamos!

La primera parada antes de las ruinas, es la Iglesia de Laja, donde se firmó la creación de la ciudad de La Paz en 1548. Es sitio está en medio de la nada y la iglesia es imponente en su entorno.


En media horita más (y va a hacer dos desde que salimos de La Paz) llegamos a las ruinas de Tihuanaku y toca soltar la plata, por la entrada y por el guía, que compartimos con los brasileiros y franceses. 

Según nos cuenta nuestra guía, esta cultura se originó alrededor del 1500 A.C., teniendo una vida de 3000 años. Se cree que en extensión llegaba hasta Colombia y el legado arquitectónico que podemos visitar, es impresionante.

Lo primero que visitamos es la Pirámide de Akapana, que ha perdido gran parte de su masa a causa de las lluvias, el paso de tiempo y sobre todo, el saqueo durante y después de la conquista de las piedras y rocas que conformaban su estructura. A pesar de ello, se pueden apreciar alguno de sus niveles y la guía nos cuenta que en su parte superior, albergaba una fuente en forma de Cruz del Sur, que les servía como observatorio astronómico.



Por otro lado, encontramos el Putuni o Palacio de los Sarcófagos, donde se realizaban los funerales y entierros de los sacerdotes. En el interior del templo Kallasasay, podemos encontrar dos esculturas antropomorfas realizadas un un sólo bloque de piedra, y en una en particular, se puede ver la señal de la cruz y de la Santísima Trinidad que hicieron los conquistadores.



Sin comentarios.
En ese mismo recinto, hay una gran roca partida por la mitad, donde las brújulas literalmente pierden el norte. Podíamos no creerlo, pero lo comprobamos con el dispositivo de una de las chicas francesas y ¡voilá! A la brújula se le va la olla. Esto se debe a que el lugar, junto con la roca, crean un campo magnético especial... De locos!
Detalle de la puerta del sol, donde se ve a su Dios Sol: Wiracocha.
En cuanto a las paredes que siguen en pie, hay que decir que utilizaban el método piedra sobre piedra, sin masas de unión, y si nos fijamos en la rectitud de las mismas... alucinante, son perfectas.



Finalmente, toca visitar el templo semi-subterráneo, el más antiguo de todos, donde para nuestra sorpresa, se encuentran en perfecto estado, 175 cabezas clavas como las que encontramos en Chavín de Huantar (en el norte de Perú).



Por supuesto, este yacimiento tampoco está libre de teorías alienígenas, y viendo alguna de las cabezas clavas... nos queda la duda!


Para terminar con el tour guiado, nuestra guía nos permite hacer una prueba práctica para comprobar los megáfonos utilizados en aquellos tiempos... nos quedamos de piedra, nunca mejor dicho. No sólo amplifican la voz, sino que poniéndose del otro lado, se pueden oír las voces susurrando a varios metros.


Visitamos también los museos de sitio, donde se encuentra el monolito Bennet, de unos 8 metros de altura y parecido en forma a los vistos en el yacimiento. Esta hiper-protegido y por supuesto, no podemos obtener imágenes de él, pero si tenéis ocasión, miradlo por google, el nivel de detalle es fascinante.


Volvemos a La Paz casi anocheciendo y simplemente dejamos que pase el tiempo entre un café y la cena. Volvemos al hostal y recogemos las mochilas, ya que hoy pasaremos la noche en el autobús que nos llevará a Cochabamba.


Ondoloin!!!

Día 65 (26/03/2015) - Valle de la Luna y El Alto

Nos despertamos y la misma música: El Carretero está desolado! Eso nos permite sacar una foto de sus murales, que son preciosos.


Compramos unas empanadas para desayunar y nos ponemos en marcha con calma, ya que no para de llover hasta alrededor de las 10. Hoy queremos visitar el Valle de la Luna, a unos kilómetros de La Paz y para eso, tendremos que coger un minibús con aire retro...


El trayecto es de una hora y el precio, irrisorio: 4 bolivianos por los dos (unos 50 céntimos). De camino atravesamos la ciudad y nos vamos haciendo una idea de la inmensidad de La Paz. Conforme llegamos, vamos alucinando con el paisaje, que haciendo honor a su nombre, parece lunar. Pero dentro del recinto... nos espera lo mejor.





Loco, ¿¿verdad??


Los surcos en la tierra crean agujeros, en ocasiones, ¡de metros de altura! El paisaje es tan desolador como mágico y al haber llovido durante la mañana, nuestros pies a menudo se quedan pegados en el lodo.




A la vuelta, unos turistas alemanes nos preguntan si hemos venido en bus, a lo que contestamos que claro. Ellos han venido en taxi por 70 bolivianos y al oír el precio del bus, se quedan boquiabiertos, por lo que nos agradecen la información y compartimos el viaje de vuelta.

Decidimos aprovechar que ha salido el sol y subimos al Alto en teleférico, un transporte de última generación estrenado el año pasado, que conecta la zona baja de la ciudad con los barrios de los cerros circundantes. Este medio de transporte ha beneficiado a la población, ya que pueden desplazarse rápidamente para ir a trabajar, entre otras cosas. Las vistas estando allí colgados, son espectaculares!



El mercado de El Alto es otro tema aparte. Allí se venden desde calcetines de alpaca, hasta todas las piezas posibles de coches (parachoques, pilotos, rodamientos, faros y todo tipo de elementos mecánicos). Por si no os lo creéis, ahí van:


Bajamos de nuevo a la paz con una docena de higos negros que hacen las delicias de Naiara, que se siente un poco más en casa. Dejamos las compras en el hostal y damos un paseo por el centro, hasta llegar a la calle Linares (mercado de las brujas) donde decidimos cenar algo diferente a la sopa, arroz y pollo de todos los días. El sitio es espectacular y aunque nos sale más caro, ha valido la pena saborear algo distinto.


Ondoloin desde El Carretero!

Día 64 (25/03/2015) - La Paz

Despertamos en la Paz y así como ayer por la noche nuestros "convecinos" del hostal no tenían prisa para acostarse, hoy no se oye un alma! Salimos y desayunamos cerca de la Plaza Murillo y parece que a la ciudad le cueste despertar... Está desierto! 

En esta plaza se encuentran la catedral y los Palacios Ejecutivo y Legislativo, además de por supuesto, una estatua de Pedro Domingo Murillo (cuya casa visitaremos después en la calle Jaén), protagonista de una revolución contra la colonización española , que terminó con el mismo en la horca.




Vamos a la oficina de turismo y decidimos comenzar visitando el Mercado de las Brujas, donde se supone que hay muchos puestos y tienditas de esoterismo, pero desde luego hoy, hay más bien pocos. De todas formas, encontramos alguna que otra "cosa rara"...



Paseamos por la ciudad y nos sorprendemos de lo poco que nos sorprende... Después de Quito, ninguna capital nos llena. 



A pesar de ello, al visitar los museos de la calle Jaén, descubrimos partes bien bonitas e interesantes sobre la historia y cultura del país. A destacar, la pérdida de territorios (salida al mar) frente a Chile en 1879.




Casa del mencionado Murillo

Tomamos un cafecito en un garito muy chulo, lleno de murales de La Hitoria Interminable, entre otros.


Llueve y llueve, por lo que el día termina con un semi-resfriado y mucho frío, comiendo en la que se convertirá en nuestra cafetería del alma.


Ondoloin desde la caótica La Paz!