viernes, 28 de abril de 2017

Día 2 (13/02/2017) - Mdina, Rabat y alrededores

El día de hoy lo tenemos organizado para ver algunos de los templos más antiguos de Malta (que vienen a ser de los más antiguos de Europa) y las ciudades de Mdina y Rabat. Tras desayunar en nuestro apartamento y estar todos listos, nos ponemos rumbo hacia la primera visita: los templos de Skorba.



Para muchos no son más que cuatro piedras mal puestas, pero hay que tener en cuenta que lleva ahí probablemente mas de 7000 años y aunque, como es lógico, su estado de conservación no es el ideal, uno se puede hacer una idea de la forma que tenía. Hacemos solos la visita, y todas las flores que la primavera ha traído consigo, le dan un color precioso al recinto.


A muy poca distancia, se encuentran en templo de Ta'Hagrat, que data entre los años 3600-3300 a.C. Este templo se encuentra algo mejor que los de Skorba y a primera vista parece algo más grande. Ademas, mantiene en pie la entrada al templo principal, donde no se puede evitar la foto... Y cómo no, volvemos a ser los únicos visitantes...


De ahí, ponemos rumbo a Rabat y antes de comenzar a ver la ciudad, nos comemos unos ricos paztissiz con un refresco en el Crystal Palace, lugar emblemático y lleno de malteses. Lo primero que visitaremos serán las catacumbas de San Pablo, a las que llegamos tras callejear por la ciudad.


Una vez dentro del recinto nos adentramos bajo tierra a la catacumba principal. El recinto cuenta con mas de veinte, aunque todas no están abiertas al público. Su construcción empezó allá por el s. III y durante mas de 500 años se utilizaron para enterrar a la gente, aunque no solo eran enterramientos cristianos, como siempre nos dijeron. Además de estos, también los hay paganos e incluso se pueden apreciar símbolos judíos en la entrada de alguna de ellas.


De la Edad Media en adelante, su función cambió y pasó a ser un lugar de culto, ya que las distintas "mesas" que hay por todas las catacumbas se usaban como lugar para realizar ofrendas.



Antes de ir a comer y de entrar en Mdina, visitamos la Domus Romana. Lo más vistoso son los mosaicos del interior del museo, ya que las ruinas del exterior no se aprecian desde la pasarela.



Por fin entramos en Mdina (vamos a pie) y lo primero que hacemos es buscar el restaurante Fontanella Tea Garden, donde conseguimos un sitio para comer los famosos bocadillos malteses (Ftira), disfrutando de unas vistas espectaculares de toda la costa, ya que vemos desde Buggiba hasta La Valletta. Sí que es pequeño Malta...


Tras llenar el estómago y tomar un rico café, ponemos rumbo a la Catedral de San Pablo, erigida en el s. XVII en estilo barroco. El suelo está cubierto con lápidas de mármol de personajes ilustres malteses.




Salimos de la catedral y disfrutamos callejeando por las calles medio vacías de la ciudad del silencio. Al final llegamos a los jardines del foso, que han sido remodelados hace poco y admiramos las murallas, que se encuentran en un estado de conservación óptimo.


Después de disfrutar de las maravillosas vistas, volvemos a entrar por la puerta griega y seguimos callejeando por sus calles y encontrando nuevos rincones.




El día ha sido completo, se esta haciendo de noche y tenemos que volver a casa, mañana tenemos una pateada de escándalo... Ondoloin!

jueves, 27 de abril de 2017

Día 1 (12/04/2017) - Rumbo a Malta

Hoy ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, que no es otro que Malta, una de las joyas del mediterráneo y además vamos a celebrar el primer año de vida del pequeño, más no se puede pedir.

Nuestro vuelo sale desde Girona, con lo que nos ponemos rumbo al aeropuerto. Tras llegar nos ponemos a facturar todos los trastos que llevamos, que no son pocos...Con lo pequeñito que es, ¡todo lo que necesita! Habíamos pagado 20€ más por poder facturar sus cosas con Ryanair, pero nos dicen que si viajas con bebés tienes derecho a facturar dos bultos sin coste alguno (sillita y otra cosa). No será el único dinero de más que pagaremos hoy...


Tras facturar todo nos disponemos a pasar el control de seguridad y de repente, a Roberto se le enciende la bombilla, ¿he cerrado el coche? Corriendo al aparcamiento y comprueba que estaba ¡abierto! Tras cerrarlo, pasar el control de seguridad y montarnos en el avión, por fin nos vamos a Malta.

Estamos algo preocupados por el niño, es la primera vez que va a volar y no sabíamos cómo reaccionaría, pero para no variar le ha parecido genial, incluso ha ido alrededor de una hora dormidito en brazos de papá.

¡Ya estamos en Malta! Salimos a la terminal y al no ver nuestro nombre en ningún cartel de alquiler de coches, nos sentamos a comer algo. Después de un buen rato y ya empezarnos a mosquear, Roberto coge al peque en brazos y sale a la terraza con la intención de que respire aire fresco, y por sorpresa lee su nombre en el papel de una mesa. Tenemos coche, pero como nuestra Visa es electron, no pueden bloquear la fianza (o eso dicen), así que nos toca pagar un extra como garantía o seguro, como nos dice el chico. Antes de aceptar, Roberto consulta precios de otras compañías, pero son todas mucho más caras, así que decidimos acabar de una vez. Cogemos el coche y rumbo al apartamento en Buggiba (Shamrock apartments).

El apartamento tiene todo lo necesario y está nuevito y limpio, así que dejamos nuestras cosas y decidimos pasear por la costa hacia el Acuarium. Hace un sol espléndido y como no hace excesivo calor, disfrutamos del paseo bordeando el mar. Nos damos cuanta en seguida de que la ciudad está orientada en gran medida al turismo joven y de fiesta, que a primera vista no es muy atractivo, aunque luego nos daremos cuenta de que no lo sufriremos en absoluto: fuera de la primera línea costera todo es muy tranquilo.

Vamos pues al acuarium y no sabemos bien quién se lo pasa mejor, si el niño o sus padres... Nos lo esperábamos más grande, pero tiene varios puntos sorprendentes, como un mini túnel para los niños.


Vemos tiburones, morenas y mantas y nos entretenemos buscando a Dory y a Nemo.



Al salir, paseamos cerca del agua hasta que nuestro chico cae rendido...


Así que decidimos bordear toda la costa y llegamos hasta la Torre Wignacourt, desde donde empezamos a ver cómo cae el sol.




















De vuelta hacia casa, hacemos alguna compra y nos retiramos por hoy. Ha sido un día largo y toca descansar. Ondoloin!