jueves, 27 de abril de 2017

Día 1 (12/04/2017) - Rumbo a Malta

Hoy ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, que no es otro que Malta, una de las joyas del mediterráneo y además vamos a celebrar el primer año de vida del pequeño, más no se puede pedir.

Nuestro vuelo sale desde Girona, con lo que nos ponemos rumbo al aeropuerto. Tras llegar nos ponemos a facturar todos los trastos que llevamos, que no son pocos...Con lo pequeñito que es, ¡todo lo que necesita! Habíamos pagado 20€ más por poder facturar sus cosas con Ryanair, pero nos dicen que si viajas con bebés tienes derecho a facturar dos bultos sin coste alguno (sillita y otra cosa). No será el único dinero de más que pagaremos hoy...


Tras facturar todo nos disponemos a pasar el control de seguridad y de repente, a Roberto se le enciende la bombilla, ¿he cerrado el coche? Corriendo al aparcamiento y comprueba que estaba ¡abierto! Tras cerrarlo, pasar el control de seguridad y montarnos en el avión, por fin nos vamos a Malta.

Estamos algo preocupados por el niño, es la primera vez que va a volar y no sabíamos cómo reaccionaría, pero para no variar le ha parecido genial, incluso ha ido alrededor de una hora dormidito en brazos de papá.

¡Ya estamos en Malta! Salimos a la terminal y al no ver nuestro nombre en ningún cartel de alquiler de coches, nos sentamos a comer algo. Después de un buen rato y ya empezarnos a mosquear, Roberto coge al peque en brazos y sale a la terraza con la intención de que respire aire fresco, y por sorpresa lee su nombre en el papel de una mesa. Tenemos coche, pero como nuestra Visa es electron, no pueden bloquear la fianza (o eso dicen), así que nos toca pagar un extra como garantía o seguro, como nos dice el chico. Antes de aceptar, Roberto consulta precios de otras compañías, pero son todas mucho más caras, así que decidimos acabar de una vez. Cogemos el coche y rumbo al apartamento en Buggiba (Shamrock apartments).

El apartamento tiene todo lo necesario y está nuevito y limpio, así que dejamos nuestras cosas y decidimos pasear por la costa hacia el Acuarium. Hace un sol espléndido y como no hace excesivo calor, disfrutamos del paseo bordeando el mar. Nos damos cuanta en seguida de que la ciudad está orientada en gran medida al turismo joven y de fiesta, que a primera vista no es muy atractivo, aunque luego nos daremos cuenta de que no lo sufriremos en absoluto: fuera de la primera línea costera todo es muy tranquilo.

Vamos pues al acuarium y no sabemos bien quién se lo pasa mejor, si el niño o sus padres... Nos lo esperábamos más grande, pero tiene varios puntos sorprendentes, como un mini túnel para los niños.


Vemos tiburones, morenas y mantas y nos entretenemos buscando a Dory y a Nemo.



Al salir, paseamos cerca del agua hasta que nuestro chico cae rendido...


Así que decidimos bordear toda la costa y llegamos hasta la Torre Wignacourt, desde donde empezamos a ver cómo cae el sol.




















De vuelta hacia casa, hacemos alguna compra y nos retiramos por hoy. Ha sido un día largo y toca descansar. Ondoloin!

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