viernes, 6 de mayo de 2016

Día 15 (15/11/2013) - Templos y más familia

El día comienza jugando tranquilamente en la entrada de la casa y por mucho que lo intentemos, estos niños son unos genios y no conseguimos ganar ninguna partida (alguna que otra trampa de por medio...).


Hoy, Kokila y familia han pensado que podemos ir a visitar unos templos que se encuentran por los alrededores. No sabemos ni a donde nos han llevado, pero el lugar está lleno de lugareños y parece que hay algún tipo de celebración que no nos especifican. Y la verdad, ¿qué más da? ¡La compañía y el ambiente son más que suficiente para pasar un buen rato!



Lo más curioso es que las mujeres no pueden acceder a ciertas zonas del complejo, con lo que Pragnesh y Roberto entran para admirar más de cerca el lugar. Una vez dentro, un indio que reside en Estados Unidos, al ver a un blanquito allí, se dispone a enseñarnos todo el lugar y explicarnos la historia del recinto, que está lleno de pinturas y grabados.
Mientras tanto, Naiara, Kokila y Pinku esperan fuera que acabe nuestra visita guiada.



Desde allí ponemos rumbo a casa de la la familia de Pragnesh, donde comeremos con toda la familia. La comida que nos sirven esta buenísima, pero lo que realmente nos dejó admirados, fue como el tío de Pragnesh se sentó a nuestro lado mientras comíamos, y no nos dejaba de preguntar si estaba bueno o no. Sólo al ver que no parábamos de comer, se levantó con una sonrisa que le iluminaba toda la cara y se fue orgulloso de ver cómo dos extranjeros comían con gusto en su casa, un peculiar honor que compartimos con toneladas de agradecimiento a nuestros anfitriones.

India y su gente brilla con luz propia y nos enseña cosas que ya hemos olvidado por estos lares, como su ilimitada generosidad y su fino sentido de la hospitalidad. La estampa familiar quedará para el recuerdo.



Se va haciendo tarde y ponemos rumbo a casa, a Anand, pero para que el día sea completo, antes de llegar paramos en otro templo, pero a diferencia del de la mañana este esa casi vacío, con lo que podemos pasear tranquilamente disfrutando de sus diferentes estancias.

Resulta curioso no tener ni idea de donde hemos estado aunque a decir verdad, tampoco nos ha importado mucho ya que lo importante ha sido la compañía que hemos tenido.




Nos va quedando muy poco por Anand, qué pena...

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