viernes, 12 de mayo de 2017

Día 5 (16/04/2017) - Sureste de Malta

Nos despertamos con energía, desayunamos y nos ponemos en marcha para ver los Templos de Tarxien. Nos hubiera encantado poder visitar también el Hipogeo, pero actualmente no está abierto al público muy a nuestro pesar.

Los Templos de Tarxien, que datan de entre 3600-2500 AC, tienen 4 estructuras conectadas y están hechos con piedras de gran tamaño. Están decorados con espirales, pequeños agujeros (que podrían reflejar los ciclos del sol) y detalles de animales.





Hay quien se duerme nada más llegar, lo que facilita que podamos tomarnos nuestro tiempo para estudiar los templos al detalle.


También se encontraron vasijas y la famosa estatua de una mujer de caderas anchas, que asocian con la fertilidad. Dicha estatua se encuentra en la estancia de la derecha nada más pasar la puerta de entrada y es uno de los atractivos de Tarxien.



Cuando el txiki se despierta, nos ponemos rumbo a la cueva de Ghar Dalam, donde se encontraron restos de hipopótamos europeos y elefantes enanos, entre otros. Los huesos de estos animales (muchísimos) están bien ordenados en el museo y contra todo pronóstico, no asustan al más pequeño.




















La cueva tiene 145m de largo, de los que se pueden visitar 50. Resulta interesante caminar sobre el lugar donde se han encontrado los primeros asentamientos humanos de Malta, de hace más de 7000 años.


Tenemos hambre y es domingo: Marsaxlokk es nuestro próximo destino. Como el tiempo está regular, confiamos en que no habrá nadie, pero.... ¡Oh no, no hay sitio para comer! Damos vueltas y vueltas y cuando ya íbamos a desesperar, se libra una mesa en la puerta del restaurante más famoso de la ciudad, el Tartarum y... ¡es nuestra! Disfrutamos de una comida a todo trapo, con pescado fresquísimo del mismo puerto.




Para terminar bien el día, nos vamos a Vittoriosa, una de las tres ciudades, y cogemos un ferry a la Valeta, donde no tenemos tiempo más que para pasear un ratito por sus calles hoy desiertas.




















Pero conseguimos volver a entrar a la Concatedral de nuevo y esta vez, ¡iluminada!



A la vuelta a Vittoriosa, damos un paseo hasta el fuerte St. Angelo desde donde tenemos magníficas vistas de la bahía y de La Valeta.



Con esto, damos por finalizado el día de hoy, estamos todos muy cansados. Ondoloin!

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