martes, 23 de mayo de 2017

Día 7 (18/04/2017) - Trekking de Dingli a Blue Grotto

Hoy vamos a hacer el último trekking de Malta, así que desayunamos bien, nos vestimos para la caminata y nos dirigimos al sur, al centro de interpretación de Dingli. Aparcamos el coche y nos plantamos en los acantilados en dos pasos. Nos esperábamos una altura de infarto, pero unas huertas situadas justo debajo difuminan un poco la impresión, aunque no la belleza.



Caminamos rodeando el radar que controla el tráfico aéreo de Malta, hasta la Capilla de Santa María Magdalena, desde donde hay unas vistas preciosas.



Tratamos de encontrar los enigmáticos surcos de carros, pero no hay manera...para gran decepción de Roberto. Pasamos por los restos de una aldea de la Edad de Bronce, aunque la verdad es que no están señalizados ni protegidos.



Disfrutamos de las vistas desde la cima de la colina y bajamos por el sedero hasta adentrarnos en la Fawwara, un entorno idílico de precioso huertos y antiguas casas reconvertidas en chalés.




Paramos para refrescarnos y que el niño coma algo, porque hoy el sol pega fuerte, y después retomamos el camino. No es muy interesante en un tramo, sólo hay un pequeño acueducto en el camino, hasta que llegamos de nuevo a los acantilados, desde donde se avista la pequeñísima e inhabitada isla de Filfla.




Enseguida llegamos a los antiquísimos templos de Hagar Qim y Mnajdra. Este yacimiento arqueológico es el que mejor se conserva en Malta, con una ubicación sin igual sobre los acantilados. El primer templo que se visita tras pasar por el centro de visitantes es Hagar Qim, una estructura hecha de piedras gigantes y que carece de planta trebolada (que disponen el resto de templos de la isla).


En el interior, se pueden ver varios altares, algunos de ellos ricamente decorados.





















También se encontraron estatuillas de "damas gordas" y la famosa "Venus de Malta", que actualmente están en el Museo Nacional de Arqueología de La Valeta. Al atravesar el templo, nos fijamos en el gigantesco megalito que hace de pared del templo, de más de 20 toneladas.


Bajando por el sendero, nos encontramos con el templos de Mnajdra, con tres templos de planta trebolada y datados entre el 3600 y el 3000 AC.



Parece que el templo sur presenta alineaciones solares y de hecho, se puede asistir al acontecimiento de los solsticios de verano e invierno gracias a las visitas guiadas que organiza Heritage Malta. Nosotros no podemos disfrutar de esa experiencia, pero sí vemos los agujeros de la fachada que permiten pasar los rayos del sol.




De vuelta en el sendero, nos dirigimos hacia la Blue Grotto, o gruta azul, última etapa de la ruta. Se nos ha hecho tarde y tenemos muuucha hambre, así que decidimos comer pescado fresco en una terracita antes de coger el barquito para ver la famosa gruta.




Cuando terminamos de comer, damos el paseíto en barco por los acantilados, acompañados de un grupo de españoles. La vista de los acantilados desde el mar es... ¡indescriptible! Juzgad vosotros mismos.






















Tras finalizar el paseo en el barquito, nos queda coger un bus público para que nos lleve hasta donde hemos dejado el coche. Falta un buen rato para que llegue el bus, con lo que tras mucho pensarlo, decidimos subir la "cuestecita" hasta la carretera principal y admirar la Blue Grotto desde el mirador. La estampa es más maravillosa si cabe...


Mientras Roberto esta haciendo la foto, se acerca el autobús a toda pastilla y aunque no somos los únicos en la parada, pasa de detenerse y baja al pueblo, Wied Ed-Zurried. Pensando que a la vuelta no se detendrá, esperamos un rato hasta que comienza a subir y a Roberto no se le ocurre nada mejor que ponerse en medio de la carretera haciendo señas para que pare... ¡al final para! Al subir, nos damos cuenta de que la conductora tiene serios problemas de autocontrol y dice que no estábamos en la parada cuando ella ha pasado... Seguimos sin saber dónde estábamos;)
De todas formas, le agradecemos que al rato de arrancar con nosotros a cuestas, pare en seco el bus y ordene a alguien que se levante para que Naiara se siente con el niño. Aunque desde la más gigantesca locura, ha tenido una buena idea. En otro momento del trayecto, a pesar de que baja gente en una de las paradas, se niega a dejar subir a dos turistas aduciendo que esta "full" y ahí los deja, plantados en mitad de la nada.

En fin, llegamos por fin al coche, damos las gracias a todos los dioses por llegar vivos y vemos un atardecer sin igual en los acantilados de Dingli.


El día ha sido precioso, hemos caminado mucho (y hemos visto parajes inolvidables) y estamos cansados, así que ducha, cena y a dormir. Ondoloin!

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