El día comienza muy temprano, nos espera un viaje de unos 1300 kilómetros hasta la ciudad de Como, que se encuentra a orillas del Lago di Como. Preparamos la furgo (a quien cariñosamente llamamos "La Carol") y nos ponemos rumbo a Italia, ese país que intuimos, será maravilloso.
Salimos de viaje a las 7:30 de la mañana, después de llenar los depósitos de gasolina con la ama. En poco tiempo estamos en Francia (otro país que nos encanta) y lo malo es que tenemos que cruzarlo prácticamente entero, sin paradas para disfrutarlo. En un viaje tan largo, sufrimos variados cambios de tiempo y cómo no, la lluvia hace acto de presencia varias veces.
Decidimos sobre la marcha cambiar el trayecto que nos llevará hasta Como y no se nos ocurre otra brillante idea que cruzar los Alpes... por debajo. El lugar indicado es el tunel de Fréjus, que prácticamente separa Francia de Italia por el submundo. Esta obra de la ingeniería tiene una longitud de unos 13 kilómetros y para cruzar por él, tienes que cumplir unas severas reglas de seguridad, comprueban que el vehículo no está sobrecalentado y lo mejor de todo, te cobran 42,4€ por pasar.
El trayecto bajo la tierra se hace largo y vemos con sorpresa que la temperatura ambiental que marca el coche, sube y sube hasta superar los 30º. Cuando ya te has agobiado bastante, se comienza a ver la luz y al salir, pareces estar en Suiza en vez de Italia. Está casi nevando y todas las casas de los pueblos por los que pasamos tienen un inclinado tejado de pizarra gris... realmente maravilloso.
A pesar de los cambios de conductor, el trayecto se va haciendo cada vez más largo y más caro, pero al final, hacia las 20:30 de la noche, llegamos a nuestro destino, Como.
Cenamos la tortilla de patata que habíamos preparado en casa y tras buscar un buen lugar para dormir, aparcamos la furgo y nos preparamos para descansar. El primer día de nuestro viaje por Italia lo hemos pasado dentro de La Carol y necesitamos reponer fuerzas para comenzar a conocer Italia.
Salimos de viaje a las 7:30 de la mañana, después de llenar los depósitos de gasolina con la ama. En poco tiempo estamos en Francia (otro país que nos encanta) y lo malo es que tenemos que cruzarlo prácticamente entero, sin paradas para disfrutarlo. En un viaje tan largo, sufrimos variados cambios de tiempo y cómo no, la lluvia hace acto de presencia varias veces.
Decidimos sobre la marcha cambiar el trayecto que nos llevará hasta Como y no se nos ocurre otra brillante idea que cruzar los Alpes... por debajo. El lugar indicado es el tunel de Fréjus, que prácticamente separa Francia de Italia por el submundo. Esta obra de la ingeniería tiene una longitud de unos 13 kilómetros y para cruzar por él, tienes que cumplir unas severas reglas de seguridad, comprueban que el vehículo no está sobrecalentado y lo mejor de todo, te cobran 42,4€ por pasar.
El trayecto bajo la tierra se hace largo y vemos con sorpresa que la temperatura ambiental que marca el coche, sube y sube hasta superar los 30º. Cuando ya te has agobiado bastante, se comienza a ver la luz y al salir, pareces estar en Suiza en vez de Italia. Está casi nevando y todas las casas de los pueblos por los que pasamos tienen un inclinado tejado de pizarra gris... realmente maravilloso.
A pesar de los cambios de conductor, el trayecto se va haciendo cada vez más largo y más caro, pero al final, hacia las 20:30 de la noche, llegamos a nuestro destino, Como.
Cenamos la tortilla de patata que habíamos preparado en casa y tras buscar un buen lugar para dormir, aparcamos la furgo y nos preparamos para descansar. El primer día de nuestro viaje por Italia lo hemos pasado dentro de La Carol y necesitamos reponer fuerzas para comenzar a conocer Italia.
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