sábado, 18 de julio de 2015

Día 11 (11/11/2013) - Ranakpur

Nuestro siguiente gran destino es la ciudad de Udaipur, pero como el camino desde Jodhpur es bastante largo para hacerlo del tirón, vamos a parar a por el camino a ver unos templos jainistas esculpidos en mármol. Pero antes de todo eso toca desayunar, y que mejor manera que hacerlo con una samosa recién hecha y un chai calentito que nos alegrarán el día.



La verdad es que no habíamos escuchado nunca el nombre de Ranakpur, y mucho menos sabíamos que fuera famoso por su templo jainista, pero nada más llegar al recinto nos damos cuenta de que estamos ante una de las obras maestras de la arquitectura jainí.



Antes de poder entrar al templo principal, Chaumukha Mandir (templo de las cuatro caras), nos descalzamos y según nos cuentan, nos preparamos para ver uno de los templos jainíes más grandes e importantes de India, con un enorme valor arquitectónico. Se construyo en 1439 y a decir verdad, no le falta detalle y sentimos que estamos en un lugar desconocido y mágico a la vez. Los rosetones de los diferentes techos son simplemente únicos.




Pero lo realmente inquietante del complejo. que consta de 29 construcciones realizadas en marmol blanco, es que todo esta soportado por un total de 1444 columnas, y todas son distintas. Es admirable como los constructores se tomaron la molestia de crear tantas columnas y que cada una de ellas fuera una obra de arte que no se repite... simplemente una locura!!!




Cabe recordar, que los jainíes creen factible alcanzar la liberación mediante la pureza absoluta del alma, sólo conseguido tras despojarse del karma. Suelen seguir importantes votos de austeridad y practican el ahimsa, la no violencia de pensamiento a ningún ser vivo.

La verdad es que el lugar ayuda a entender esta religión y el porqué de su creación en el siglo VI a.C. e invita a reflexionar rodeados de una naturaleza imponente.



Tras volver en sí después de una visita y un lugar que no esperábamos encontrar, ponemos de nuevo rumbo a Udaipur. Negi, que siempre va atento, se detiene para que admiremos a unos agricultores realizando sus labores. Como podéis comprobar, la tecnología está muy avanzada, unos bueyes hacen girar una rueda para, a través de unos cántaros, subir el agua desde un pozo para el regadío.


Mientras tanto India no deja de moverse y mucho menos su gente. Estas dos estampas muestran que siempre hay sitio en cualquier transporte público. Si quieres viajar, puedes viajar.



Tras pasar prácticamente lo que resta del día en el coche, llegamos a Udaipur, ciudad que visitaremos mañana. Estamos reventados, con lo que toca descansar. Ondoloin!

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