jueves, 9 de julio de 2015

Día 2 (02/11/2013) - Delhi

La noche ha cundido y nos despertamos descansados e impacientes por empezar. Nada más terminar de desayunar, nos encontramos con el representante de la agencia, quien nos hace un resumen de lo que será nuestro viaje. Nos tenemos que resituar, porque a pesar de que ya sabíamos que veníamos a un viaje organizado, tantas atenciones abruman. Nuestro guía en Delhi se presenta y comenzamos con el día. Nada más salir de la zona del hotel, comienza India: colores, ruido, humo, gente caminando por la carretera, vacas, rickshaws... Naiara no para de sonreír y Roberto sigue alucinado.





















La primera parada es la Jama Masjid la mezquita más grande de India. Nuestro guía no para de dar datos y nosotros no podemos más que quedarnos con la boca abierta ante la magnitud y hermosa simetría del edificio. Juzgad vosotros mismos.


A Naiara le piden que se ponga una "bata" para cubrirse, a pesar de que fiel a su estilo, va vestida como cualquier india... Pero no es un precio alto teniendo en cuenta la belleza del lugar. 



Salimos de allí y pedimos al guía que nos adentre por las calles aledañas, llenas de mercados al aire libre. Caminar por el Chandi Chowk entre lo que parecen miles de ciudadanos de Delhi es impresionante, se mezclan olores, colores y sonrisas de bienvenida. No será la primera vez que a la gente le haga gracia ver a Naiara vestida como ellos...


Aprovechamos para que Roberto pruebe el mundialmente famoso Lassi, una especie de yogurth bebible que está buenísimo!

De allí, vamos al Raj Ghat, donde se encuentra la tumba de Mahatma Gandhi, el padre de India. Después del alboroto de la ciudad, este lugar es un remanso de paz y sobrecoge la solemnidad con la que se acercan todas las personas. Se respira un profundo respeto y admiración por su persona y obra. 


Detrás de la tumba, una llama lo mantiene simbólicamente vivo y damos fe de que el lugar desprende serenidad a quien se acerca. En este mismo "cementerio", se encuentran también los mausoleos de diferentes dirigentes indios, como Indira Gandhi, aunque no nos acercamos a verlo. Ahí queda uno de sus mensajes:


Desde aquí y otra vez en nuestro coche, nos llevan hasta el Templo de la religión Sikh Gudwara Bangla Sahib. 


Nos piden que nos cubramos la cabeza con un pañuelo naranja que ofrecen y nos dejan entrar al interior cubierto de oro (aunque no fotografiarlo). En las dependencias del templo, los adinerados fieles cocinan para miles de personas sin recursos de manera altruista... y nos dejan entrar a ver el proceso. Aquí ayuda todo el mundo, niños, adultos y ancianos... 




Después de tomarnos el chai que nos ofrece un anciano adorable, nos llevan a comer a un restaurante lleno de blanquitos y locales ricos. 


Después nos dirigimos al Qutub Minar, un complejo construido en el siglo XII que nos deja con la boca abierta. Ejemplo de la temprana arquitectura afgana y muestra del inicio de la dominación islámica en India, el complejo acoge el alminar de 73 metros de altura y los restos de varios edificios más, como la primera mezquita construida en el país o la columna de hierro de 7 metros de altura mucho más antigua (que tras 2000 años, no se ha oxidado ni un poquito).





El día ha sido largo e intenso, así que nos retiramos al hotel, donde empezamos a hacer balance del día. Naiara está impactada de la diferencia de precio entre la India que conocía y la que está viviendo (en la comida hemos pagado alrededor de diez veces más de lo que gastaba ella...) y Roberto empieza a atisbar lo que este país esconde. 

¡Ondoloin a todos!

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