lunes, 4 de mayo de 2015

Conclusiones viaje por Sudamérica

Nada más pisar suelo americano (del sur), uno no puede más que dejarse hechizar. Era nuestra primera vez al otro lado del charco, en la América saqueada por los antiguos conquistadores y los nuevos amos del mundo. Esa tierra que mantuvo a su gente a pesar de todo, que protegió con su frondosa Amazonía y sus altos Andes a los pueblos originarios, se abrió a nosotros y nos engulló sin piedad.

Ecuador nos llevó hasta su selva, que nos recordó de dónde venimos, qué somos y a quién pertenecemos... La Pachamama sacó pecho y nos mostró toda su belleza, toda su riqueza y a sus moradores, indígenas Sionas. Gracias por todo, David, sobre todo por dejarnos ver esa selva que forma parte de ti.


En los Andes nos zambullimos en la Cosmovisión Andina, que nos acompañaría en todo el viaje por Sudamérica. La Chacana y todo su significado nos enseñó a amar la tierra, a sentir cada árbol como parte de uno mismo, cada volcán, cada animal... Más aún, a sentirnos parte de un Todo.


Pero lo que más nos marcó en este país fue su gente, conocimos a pequeños grandes pensadores en un hostal y una nueva familia que nos abrió las puertas de su casa.


En Perú, la historia nos abordó exigiendo nuestra atención y es que este país cuenta con un patrimonio arqueológico y cultural increíble. Decenas de culturas anteriores a la época Inca, coexistentes y la misma cultura quechua, todas con su legado artístico y arqueológico casi intacto, nos enseñan la riqueza de estas tierras. 

















Y su naturaleza nos dejó literalmente sin palabras. ¿Se puede poner alguna a un lugar así?


En Bolivia, su mayoría indígena nos emocionó y nos recordó el valor de las raíces, de la diversidad y de la identidad. En concreto, la Isla del Sol nos roba por completo el corazón.


El pasado colonial nos mostró toda la crueldad de la penosa parte de la historia en la que España oprimió, exprimió y sometió a todo (o casi todo) el pueblo sudamericano. La rabia y el dolor son contagiosos y es entonces cuando en el centro del país, en una quebrada escondida, nos encontramos con otra parte de la historia... La lucha de Ernesto Guevara y sus camaradas nos golpea fuerte, sobre todo en la conciencia y visibiliza la necesidad de ser responsables y consecuentes en nuestra vida. La carta a sus hijos que aparece en la foto, no tiene desperdicio.


La guinda del pastel en Bolivia la pone el Salar de Uyuni, un sueño precioso hecho realidad... 


Y en Chile lo compartimos todo con amigos, con Gustavo al principio y con Daniel y Carolina después. Descubrimos una ínfima parte de esta tierra, pero llegamos hasta planetas lejanos a través del cielo del desierto más seco del mundo entero, Atacama. Cerca de allí, los Andes nos siguen dejando sin aliento a cada paso y nos dejan ganas de más.


Más al sur, unos anfitriones de categoría nos mostraron todos los rincones de Viña del Mar y Valparaíso y nos hicieron sentir en casa, acercándonos más que nunca a la gente y la realidad del país. Nos encandiló la cultura y sobre todo la música que conocimos por aquí y que nos obliga a volver. 


Y el viaje terminó, más de tres meses después... con estos gastos:

- Vuelos: 1800€
- Alojamiento: 996€
- Transporte: 822€
- Comida: 1535€
- Entradas: 533€
- Compras: 483€
- Tours: 1870€

TOTAL: aproximadamente 8000€ entre los dos, ¿verdad que no es tanto para todo lo que hemos vivido en más de tres meses?

Queremos mandar un enorme abrazo a cada persona que nos hemos encontrado en el camino, especialmente:

David, Jesica y Ornella

Anahí, Ricardo y Lola

 Nuestra familia ecuatoriana

Los argentinos sin nombre

Nuestro querido Gustavo

El equipo de Sexy Llamas

Nina y Mariana

Maria Anjeles

Marcelo, Carolina, Paulina

Carolina y Daniel

Esperamos no habernos olvidado de nadie... Gracias todos por haber formado parte de esta aventura y por personificar la verdad de que compartir es vivir. Besos para todos y ¡hasta otra!

Nos despedimos con la grandísima Mercedes Sosa, que nos ha acompañado durante todo el viaje, dando gracias a la vida:

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