martes, 26 de mayo de 2015

Día 2 (19/05/2015) - Hola de nuevo, tablet

Amanece en Madrid, hemos dormido muchísimo y para cuando salimos, el sol ya está de justicia. Cogemos el metro y decidimos visitar la emblemática Puerta del Sol, epicentro de todo (incluso de los despertares de la sociedad civil!). 

Aquí tenéis la Puerta del Sol (izquierda), el oso y el madroño y el mítico cartel de Tío Pepe (derecha).


Fieles a nuestra costumbre, nos ponemos a patear por el centro de la ciudad y caminando y caminando... llegamos hasta la Cibeles. El renovado Palacio Cibeles, detrás de la fuente, es un elegante marco para la Diosa.

Lo más sorprendente es que dicho palacio se ha reconvertido en centro cultural y su interior es magnífico y muy tranquilo, con madrileños y turistas leyendo el periódico unos, y pidiendo información turística los otros.


Caminamos más y más hasta llegar a Chueca, que pronto se convertirá en uno de nuestros barrios preferidos, donde comemos un riquísimo menú.


Habíamos oído hablar de la nueva moda de comer en los mercados y casi sin querer nos tropezamos con el de San Antón, renovado y con muchas opciones gastronómicas. Como ya hemos comido, nos tomamos un cafecito en la terraza, donde se está de muerte.


Recuerden que el objetivo de este viaje es recoger nuestra tablet... Hablamos con Rodolfo (quien nos la trae desde Chile) y quedamos en la Plaza Mayor para "la entrega". Ayer no prestamos mucha atención a la plaza, pero es majestuosa a más no poder.



El intercambio de tablet por agradecimiento infinito se hace bajo la atenta mirada de Felipe III, que en el centro de la plaza, va subido en un caballo.

Rodolfo, Marion y el pequeño Simón son encantadores y todos juntos a petición de Simón, nos dirigimos a la churrería San Ginés para merendar una buena taza de chocolate acompañada de churros.

Pero todavía quedan más emociones... ¡que viviremos por la noche!

 

Nos despedimos de ellos hasta la noche y decidimos visitar otro de los mercados, más céntrico... y caro: el Mercado de San Miguel. El ambientazo que hay dentro es impresionante y nos sumamos a la fiesta con tapas, vermouth y risas. 


Entramos allí de día y cuando salimos es ya de noche y ¡tarde! Tenemos una cita con Rodolfo.... ¡NO, con Tuga, el mimo!


La verdad es que no teníamos mucha idea de los mimos, pero cuando estábamos esperándole en la Puerta del Sol, con bastante más gente que también lo espera, vamos emocionándonos y entrando en calor... Tuga aparece por la boca del metro, "¡¡¡TUGA, TUGA, TUGA!!!" 


Durante más de una hora, admiramos boquiabiertos a Tuga, que improvisa su actuación implicando a todos los presentes y a los que pasan por allí, haciéndonos sonreír, sacando al niño que todos ocultamos muy dentro... ¡Maravilloso!


¿Quién nos iba  a decir que vendríamos a Madrid para que un mimo disfrazado de hombre nos trajera desde Chile una tablet? Gracias Tuga, gracias Rodolfo, Marion y Simón. 


Con la emoción en el cuerpo y helados de frío, nos despedimos de Tuga hasta otra, deseándole la mejor de las suertes en el Mundial de Mimos. Ondoloin!

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