Nos levantamos tranquilos y desayunamos unos "pancake"s de banana y un rico té,
Mientras tanto, tratamos de comprar un vuelo de Yogyakarta a Jakarta y aunque hacemos la reserva online, no podemos pagar con tarjeta. Así que, aunque parezca muuuuy surrealista, terminamos pagando el vuelo en un supermercado; sin comentarios.
Una vez hechos todos los trámites y de camino al hotel, Begoña, una señora española que tiene una ONG en Ubud (Kupu Kupu) nos para por la calle y nos comenta que puede ayudarnos a buscar guías y recomendarnos rutas por Bali. Así que allá vamos los cuatro a investigar qué nos puede ofrecer.
Begoña es un amor y nos facilita mucho los planes, por lo que en los próximos días estaremos en contacto con ella
Recomendados por ella, visitamos el Palacio de Loto, en el centro de Ubud, donde podemos ver cómo son las plantas de cerca, hay muchísmas!
Después de ver el Palacio, hacemos una caminata de unas 2h por unos arrozales cercanos. Los colores verdes que vemos en el trayecto son maravillosos, el paseo agradable a pesar del calor y el coco que bebemos (y después comemos), refrescante.
Vamos a comer a un warung (restaurante local) y pasamos la tarde en el mercado, donde regateamos, compramos (o no) y sentimos constantemente que nos están engañando...es realmente vibrante y para Naiara, muy estimulante.
La mires por donde la mires, Ubud es una ciudad artística y muy a la moda. Dondequiera que miras hay tienditas de todo tipo: ropa, objetos reciclados, warungs, cafés, abalorios, joyerías... Está rebosante de vida.
Después de sentir la ciudad de Ubud, cenamos y nos acostamos. Mañana será otro día...
Una vez hechos todos los trámites y de camino al hotel, Begoña, una señora española que tiene una ONG en Ubud (Kupu Kupu) nos para por la calle y nos comenta que puede ayudarnos a buscar guías y recomendarnos rutas por Bali. Así que allá vamos los cuatro a investigar qué nos puede ofrecer.
Begoña es un amor y nos facilita mucho los planes, por lo que en los próximos días estaremos en contacto con ella
Recomendados por ella, visitamos el Palacio de Loto, en el centro de Ubud, donde podemos ver cómo son las plantas de cerca, hay muchísmas!
Después de ver el Palacio, hacemos una caminata de unas 2h por unos arrozales cercanos. Los colores verdes que vemos en el trayecto son maravillosos, el paseo agradable a pesar del calor y el coco que bebemos (y después comemos), refrescante.
La mires por donde la mires, Ubud es una ciudad artística y muy a la moda. Dondequiera que miras hay tienditas de todo tipo: ropa, objetos reciclados, warungs, cafés, abalorios, joyerías... Está rebosante de vida.
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