Nos despertamos tempranito con un objetivo claro para el día de hoy: hacer buceo con tubo (snorkel) por primera vez, en aguas indonesias. Desayuno rápido y a alquilar tubo y aletas! Sobre las 9:00 ya estábamos en el agua, intentando vencer el pánico que nos da a los dos.
Alguien de vosotros habría dado un duro porque lo conseguiríamos??? Pues habríais ganado! Roberto se ha quedado a medias y ha aprendido algo sobre el miedo irracional: quería pero no podía del todo y se metía a ratitos. Naiara ha dado un salto de gigante, ya que no solo ha "snorkeleado" durante un par de horas, sino que se ha ido poniendo retos cada vez más ambiciosos... Y si pudiera llegar hasta ese bote?? Y si pudiera nadar con una tortuga??
Pero antes de todo eso, nos hemos ido a comer a un puesto callejero y nos hemos tomado un zumito para reponer fuerzas, a la orilla del mar.
Segunda inmersión y Roberto se descuelga para hacer unas fotos. Naiara tira hacia adentro con sus aletas y su tubo. Descubre lo que se siente al nadar con peces de miles de colores, ve corales y cuando se empieza a agobiar al ver lo lejos que está de la costa, ve llegar a una pareja que va hacia adentro, así que les sigue. Al ver que cada vez se adentran más y el fondo del mar se aleja de los pies, decide dar media vuelta y dejar a los tortolitos a su aire, para volver a encontrarse con el ouaua. Y entonces... UNA TORTUGA!!!! Al principio es sólo una sombra oscura y de tamaño considerable, pero se acerca y.... ay dios! Una tortuga! Nada más verla se pone nerviosa y aletea rápido, la tortuga la mira, pero pasa olímpicamente y sigue comiendo como si nada. Naiara, alucinando, sigue aleteando con fuerza un buen rato. Saca la cabeza y grita: Osaba, una tortuga!!!!
En fin, el día ha sido grandioso, la experiencia ha merecido la pena. Mañana será otro día, camino a Ubud, en Bali.
Alguien de vosotros habría dado un duro porque lo conseguiríamos??? Pues habríais ganado! Roberto se ha quedado a medias y ha aprendido algo sobre el miedo irracional: quería pero no podía del todo y se metía a ratitos. Naiara ha dado un salto de gigante, ya que no solo ha "snorkeleado" durante un par de horas, sino que se ha ido poniendo retos cada vez más ambiciosos... Y si pudiera llegar hasta ese bote?? Y si pudiera nadar con una tortuga??
Pero antes de todo eso, nos hemos ido a comer a un puesto callejero y nos hemos tomado un zumito para reponer fuerzas, a la orilla del mar.
Segunda inmersión y Roberto se descuelga para hacer unas fotos. Naiara tira hacia adentro con sus aletas y su tubo. Descubre lo que se siente al nadar con peces de miles de colores, ve corales y cuando se empieza a agobiar al ver lo lejos que está de la costa, ve llegar a una pareja que va hacia adentro, así que les sigue. Al ver que cada vez se adentran más y el fondo del mar se aleja de los pies, decide dar media vuelta y dejar a los tortolitos a su aire, para volver a encontrarse con el ouaua. Y entonces... UNA TORTUGA!!!! Al principio es sólo una sombra oscura y de tamaño considerable, pero se acerca y.... ay dios! Una tortuga! Nada más verla se pone nerviosa y aletea rápido, la tortuga la mira, pero pasa olímpicamente y sigue comiendo como si nada. Naiara, alucinando, sigue aleteando con fuerza un buen rato. Saca la cabeza y grita: Osaba, una tortuga!!!!
En fin, el día ha sido grandioso, la experiencia ha merecido la pena. Mañana será otro día, camino a Ubud, en Bali.
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