El despertador suena temprano, recogemos todos los bártulos y tras decirle a la dueña del hostel que no llame a un taxi, arrancamos hacia la terminal de autobuses.
En la puerta nos esta esperando Pedro con nuestros pasajes y tras comprar algo para desayunar, nos montamos en el autobús que arranca puntual a las siete y media la mañana; serán nuestras ultimas horas en Perú.
El camino es tranquilo y vamos comiendo y charlando, cuando en algo más de dos horas llegamos a la frontera. Tras cambiar el dinero que nos sobraba por bolivianos (la moneda de Bolivia), realizamos los trámites pertinentes.
Primero sellamos la salida de Perú y tras caminar por la "frontera" hasta Bolivia, hacemos cola para que nos sellen la entrada. Todo va como la seda, y después de que todo el bus halla realizado el trámite, nos ponemos rumbo a Copacabana.
¡Ya estamos en Bolivia! Nada más bajar del bus en Copacabana, un señor nos dice para ir a la Isla del Sol a la una y media del mediodía, con lo que no nos lo pensamos mucho y tras aceptar, nos vamos a tomar un café con vistas al lago acompañados de una ya conocida chica china.
Pasamos un rato relajados y tras pedir una hamburguesa para llevar, nos subimos al barquito. El viaje dura aproximadamente una hora y media.
Tras terminar de comer, el patrón nos dice que si queremos podemos ir en la parte delantera del barco, aceptamos, claro! La verdad es que cambia totalmente la forma de viajar y disfrutamos como niños de las vistas y de la sensación de tener el agua tan cerca.
Un poco antes de llegar a nuestro destino, el otro "capitán" del barco nos ofrece un alojamiento a muy buen precio y tras poner los pies en tierra firme (y tener que pagar por hacerlo), nos ponemos rumbo al hostel.
Para ello tenemos que subir la Escalinata del Inka, que consta de más de doscientas escaleras. Tras detenernos a descansar en la fuente del Inka o de la eterna juventud, seguimos cuesta arriba un buen rato más hasta que por fin llegamos.
El hostel es simple pero las vistas que tenemos nos dejan boquiabiertos y no podemos mas que sentarnos a admirar todo lo que nos rodea. Después de acomodarnos, salimos a caminar por el lugar y alucinamos con la tranquilidad: no hay nadie, simplemente lugareños y muchos burros. Parece el paraíso.
Llega la hora de cenar, y vamos a un restaurante a comer una calentita y rica sopa de quinoa (la temperatura ha bajado y hace bastante frío), y un sandwich. Con la emoción en el cuerpo por dormir en la Isla del Sol, nos acostamos rodeados de sábanas y mantas.
En la puerta nos esta esperando Pedro con nuestros pasajes y tras comprar algo para desayunar, nos montamos en el autobús que arranca puntual a las siete y media la mañana; serán nuestras ultimas horas en Perú.
El camino es tranquilo y vamos comiendo y charlando, cuando en algo más de dos horas llegamos a la frontera. Tras cambiar el dinero que nos sobraba por bolivianos (la moneda de Bolivia), realizamos los trámites pertinentes.
Primero sellamos la salida de Perú y tras caminar por la "frontera" hasta Bolivia, hacemos cola para que nos sellen la entrada. Todo va como la seda, y después de que todo el bus halla realizado el trámite, nos ponemos rumbo a Copacabana.
¿Se puede decir algo más de Perú? Los que nos habéis seguido entenderéis que no haya palabras para describir la enorme diversidad que alberga este país y ahora, os podemos decir cuánto cuesta todo eso...
El mapa del recorrido:
El gasto total de este viaje ha sido el siguiente:
- Alojamiento: 252,4€
- Transporte: 285,4€
- Comida: 450,15€
- Entradas: 181,6€
- Compras: 165,6€
- Tours: 832,4€ (¡!)
En total, nos dejamos alrededor de 2200€ entre los dos, en los 30 días que hemos estado viajando por Perú. Un gran gasto que sin duda ha merecido la pena.
Tras terminar de comer, el patrón nos dice que si queremos podemos ir en la parte delantera del barco, aceptamos, claro! La verdad es que cambia totalmente la forma de viajar y disfrutamos como niños de las vistas y de la sensación de tener el agua tan cerca.
Para ello tenemos que subir la Escalinata del Inka, que consta de más de doscientas escaleras. Tras detenernos a descansar en la fuente del Inka o de la eterna juventud, seguimos cuesta arriba un buen rato más hasta que por fin llegamos.
El hostel es simple pero las vistas que tenemos nos dejan boquiabiertos y no podemos mas que sentarnos a admirar todo lo que nos rodea. Después de acomodarnos, salimos a caminar por el lugar y alucinamos con la tranquilidad: no hay nadie, simplemente lugareños y muchos burros. Parece el paraíso.
Hola chicos: somos Jose y Noelia(mapaymochila.es) colegas blogueros, que este año cumpliremos un sueño ¡¡Machu Picchu!! Tras leerme de arriba a abajo vuestro paso por Perú(bueno a decir verdad, desde Lima a esta entrada)me gustaría saber si nos podéis facilitar los nombres de las agencias de los tours(algunas para contratarlas y otras no) restaurantes que nos aconsejéis y cualquier cosa y/o consejo y/o sugerencia que quisierais darnos. ¡¡Somos todos oídos!!.
ResponderEliminarMuchas gracias
Noelia
mapaymochila@gmail.com
Hola mapa y mochila, muchas gracias por comentar en el blog. Perú os va a encantar y Machu Picchu simplemente os dejará sin palabras. En unos días os enviaremos toda la información que tenemos por email y esperamos que os sirva de ayuda.
ResponderEliminarNos mantenemos en contacto, un saludo.
Hola amigos viajeros: Os hemos nominado a los Premios Blogger Recognition Award www.mapaymochila.es/H5DKy
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias por la invitación Mapa y Mochila!!!
ResponderEliminarMucha suerte!!!