martes, 28 de octubre de 2014

Día 23 (27/10/2014) - Negombo y Anuradhapura

Nos levantamos después de haber dormido bien, no como la noche anterior. No tenemos incluido el desayuno en la habitación, por tanto salimos a la calle a inspeccionar la zona. Pero tooodo es para guiris, osea, carísimo. Ya veníamos con la idea de alquilar un tuk tuk,  rickshaw, three wheels o como lo quieran llamar en cada parte del mundo, así que nos ponemos a preguntar a la gente donde los alquilan.


Primero nos piden 400€ por 20 dias, luego bajan a 300€. Mas tarde nos lo dejan por 250€ y otros nos lo prestaban por solo 180€! Al final lo conseguimos en una agencia que nos daba mejor impresión y con seguro incluido, todo por 230€, perfecto, ya tenemos tuk tuk! Os presentamos a.... Olivia!!!


Después de una clase práctica (bastante cortita), nos dirigimos a una tienda donde nos hacemos con una tarjeta para el móvil que incluye internet, para poder tener mapas en el viaje.


Desayunamos pagando más de lo deseado y decidimos no esperar a mañana para emprender el camino, nos vamos a Anuradhapura!!! El viaje es bueno, Roberto se hace enseguida a Olivia, que se conduce igual que una vespa y salvo en un tramo que llueve durante 5 minutos, el resto es soleado y con la brisa en la cara... pura libertad.


Imaginaos la gente cuando nos veían... alguno casi se desnuca mirándonos! Todo son sonrisas hasta que nos para la policía. Ya estábamos advertidos de que podían ser muy pesados, pero por suerte, este no tenía ni papa de inglés, así que nos deja en paz rápidamente.



De camino buscamos un hotel por internet y lo conseguimos a un precio razonable, ya que en Sri Lanka no es tan barato ni el alojamiento, ni la comida. Por 12€ la noche, tenemos la mejor habitación (por ahora) de todo el viaje. Apuntad: Hotel Savonrich, recomendadísimo.

El hotel está situado en las afueras de la ciudad y eso significa densa vegetación tropical, por lo que decidimos no coger el tuk tuk ya anochecido y cenar el el hotel. Miramos la carta y pensamos: qué caro, 800 rupias (pensad en pesetas, es el cambio aproximado) por unos noodels... Pedimos uno para los dos y cuando lo traen a la habitación... Dios, ¿cómo nos vamos a comer todo esto?


Encantados con el sitio, la habitación y los dos chicos que llevan el hotel, nos acostamos escuchando a los miles de animales de la selva que nos rodea. Buenas noches.

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