La noche pasa en el aeropuerto y no hemos dormido mucho, por lo que el día de viaje que nos espera se nos antoja largo. El vuelo es corto, aunque llegando a Bangalore nos informan que hay exceso de aviones esperando a aterrizar y damos unas vueltas en el aire hasta que nos dan permiso para hacerlo nosotros.
Cogemos el bus lanzadera desde el aeropuerto y después de cambiar de estación de autobuses, otro hacia Anantapur. Por supuesto, no sin antes hacer acopio de comida y un chai calentito para el viaje.
El camino no se hace demasiado largo, pero estamos realmente cansados y queremos llegaaaar!!!
Llegando a Anantapur nos va sonando la calle, creemos que la fundación queda cerca a mano derecha... Preguntamos al revisor, pero no tiene ni idea. Enseguida las caras de la gente del bus hacen ese movimiento de cabeza... sí, estamos muy cerca! Pasamos al lado y... STOP! Nos dejan prácticamente en la puerta!
Volvemos a nuestra segunda casa de India. Seguro que nos habéis oído hablar maravillas sobre Vicente Ferrer, la Fundación y todo su trabajo, por lo que no nos extendemos más, simplemente estamos en casa.
Lavamos algo de ropa, nos duchamos y quién será este chico que nos suena tanto... ¡si es Charlie, el británico que viaja con Pablo, el argentino! Les hablamos sobre la Fundación durante el viaje a Mysore y mira por dónde, nos hemos encontrado aquí con una nueva compañera, Maca, chilena. La idea era acostarnos pronto, pero no sabemos muy bien cómo, sacamos fuerzas y cenamos juntos y charlamos hasta pasadas las diez disfrutando de la compañía.
Hoy dormimos como en casa!
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