Amanece un nuevo día y parece que milagrosamente Roberto se encuentra en un estado de salud perfecto, increíble. Desayunamos y tomamos un rickshaw hacia la zona que nos dijo la recepcionista del hotel para que Naiara se pueda hacer un mehendi.
Llegamos al lugar señalado y tras buscar un poco encontramos un lugar, en medio de la calle, donde un par de artistas se ganan la vida, así que manos a la obra (y parte del brazo).
Paseamos por la avenida y nos damos cuenta de que ha llegado la hora de comer. Imaginaos lo mal que estamos que no vemos opción mejor que un McDonald's. Pedimos disculpas si hemos herido la sensibilidad de alguien, pero nos ha sentado de guinda!
Salimos a la calle y tras negociar con un tuktukero, nos ponemos rumbo a la bodegas Sula. Sí, habéis leído bien, BODEGAS. En India hay de todo y y el buen vino tampoco podía faltar en este viaje por Asia.
Llegamos a la bodega y nos resulta realmente agradable ver lo bien montada y organizada que está y al ver los viñedos, es imposible reprimir la sonrisa.
Realizamos la visita a la bodega y la cata de seis vinos por 500 rupias los dos (menos de 7€) y las sensaciones en el paladar nos recuerdan que pronto podremos catar esos caldos que tanto hemos echado de menos durante este viaje.
Con la satisfacción de haber aprovechado el último día de nuestro viaje por India, volvemos al hotel a preparar las mochilas y todo lo necesario para mañana. Nos espera un día largo, de autobús y aeropuerto y necesitamos reservar las ultimas fuerzas que nos quedan.
¡Pronto estaremos en casa!
Llegamos al lugar señalado y tras buscar un poco encontramos un lugar, en medio de la calle, donde un par de artistas se ganan la vida, así que manos a la obra (y parte del brazo).
Paseamos por la avenida y nos damos cuenta de que ha llegado la hora de comer. Imaginaos lo mal que estamos que no vemos opción mejor que un McDonald's. Pedimos disculpas si hemos herido la sensibilidad de alguien, pero nos ha sentado de guinda!
Salimos a la calle y tras negociar con un tuktukero, nos ponemos rumbo a la bodegas Sula. Sí, habéis leído bien, BODEGAS. En India hay de todo y y el buen vino tampoco podía faltar en este viaje por Asia.
Llegamos a la bodega y nos resulta realmente agradable ver lo bien montada y organizada que está y al ver los viñedos, es imposible reprimir la sonrisa.
Realizamos la visita a la bodega y la cata de seis vinos por 500 rupias los dos (menos de 7€) y las sensaciones en el paladar nos recuerdan que pronto podremos catar esos caldos que tanto hemos echado de menos durante este viaje.
Con la satisfacción de haber aprovechado el último día de nuestro viaje por India, volvemos al hotel a preparar las mochilas y todo lo necesario para mañana. Nos espera un día largo, de autobús y aeropuerto y necesitamos reservar las ultimas fuerzas que nos quedan.
¡Pronto estaremos en casa!
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