Es domingo y no hay visitas en la fundación, por lo que el día transcurre con total tranquilidad... como hacía tiempo ya! Ducha, lavandería manual y desayunamos con los chicos poniéndonos al día.
Decidimos ir a la ciudad y acompañarles a comprar un billete de tren, pero después de dos horas, no consiguen el que querían y tienen que atrasar su partida un día más. This is India, ché!
Paseamos por la ciudad y hacemos de todo: tomar un zumito, visitar el mercado de verduras, probar comida callejera con el riesgo de que salga fuego por la boca... En definitiva, disfrutamos simplemente de la compañía y el lugar.
Decidimos volver a la Fundación a comer y de camino, la estampa es graciosa petando el rickshaw.
El resto de la tarde transcurre tomando mate bien caliente y robando wifi descaradamente... jajjaj!
Cenamos solitos en el comedor-cueva... una vez más, la compañía es lo mejor de todo.
Nos acostamos, ¡mañana empiezan las visitas!
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