El día de hoy lo pasamos en la Vieja Goa, a 9 kilómetros de Panjim, visitando sus iglesias, basílicas y catedrales y por supuesto, viendo los restos del cuerpo de San Francisco Javier, enterrado aquí. Para eso, nos levantamos, desayunamos y cogemos la moto, ¡en marcha! El camino sólo nos lleva 15 minutos y encontramos "aparcamiento" con facilidad.
Hoy es el día grande de la fiesta en la Vieja Goa, no en vano, tal día como hoy hace unos 500 años, San Francisco Javier moría en China, tras lo cual fue metido en cal por uno de sus sirvientes con el objetivo de que no pudieran llevarse sus restos a ninguna otra parte del mundo. A los dos meses, el cuerpo permanecía incorrupto y se habló ya de milagro. Desde entonces, el cuerpo del Santo es venerado y expuesto cada diez años... hasta este año, que será la última vez que se exponga por su deterioro.
El ambiente allí es vibrante e impresiona la gran multitud a cada paso, debe haber cientos de miles de personas aquí; todas indias, salvo alguna excepción.
Hacemos una interminable cola de más de 2,5 horas, con un calor asfixiante y gente muy espabilada tratando de colarse. Hasta que conseguimos entrar a la catedral, donde está expuesto el cuerpo, que parece estar momificado (pero no lo está según certificaron forenses del Rey en su momento, hace ya casi 500 años).
Comemos en la cantina que han montado cerca de la catedral y damos un paseo por allí, donde alucinamos con la fiesta que tienen montada!
Después, cogemos la moto y vamos a darnos un chapuzón a la playa de Panaji, Miramar, donde conocemos a Ignacio, un vallisoletano muy majo que acaba de llegar a Goa. Mientras charlamos, el sol se va escondiendo en el mar, dejando una estampa de película, como estos días atrás.
Cenamos y a la cama, ha sido un día muy intenso!
Hoy es el día grande de la fiesta en la Vieja Goa, no en vano, tal día como hoy hace unos 500 años, San Francisco Javier moría en China, tras lo cual fue metido en cal por uno de sus sirvientes con el objetivo de que no pudieran llevarse sus restos a ninguna otra parte del mundo. A los dos meses, el cuerpo permanecía incorrupto y se habló ya de milagro. Desde entonces, el cuerpo del Santo es venerado y expuesto cada diez años... hasta este año, que será la última vez que se exponga por su deterioro.
El ambiente allí es vibrante e impresiona la gran multitud a cada paso, debe haber cientos de miles de personas aquí; todas indias, salvo alguna excepción.
Hacemos una interminable cola de más de 2,5 horas, con un calor asfixiante y gente muy espabilada tratando de colarse. Hasta que conseguimos entrar a la catedral, donde está expuesto el cuerpo, que parece estar momificado (pero no lo está según certificaron forenses del Rey en su momento, hace ya casi 500 años).
Cenamos y a la cama, ha sido un día muy intenso!
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