A las 4 de la mañana unos gritos despiertan a Naiara. Es un indio de la habitación de al lado que está borracho como una cuba. A pesar de que le llaman la atención, Naiara no se duerme hasta tarde y luego cuesta despertarse... Desayunamos tarde y alquilamos una scooter por 600 rupias dos días (pedían 700 + 1000 de fianza), con dos cascos y sin pagar la fianza.
El plan de hoy es descubrir algunas playas del norte de Goa, por lo que nos ponemos en marcha hacia Vagator (bagoaz-bagator... jajaja!). Media horita de moto y llegamos al Fuerte portugués de Chapora, encima de las playas.
Las vistas desde allí son espectaculares y tras pasear por él, decidimos ir ya a la playa, porque el calor aprieta ya. En la playa, alucinamos con el descaro de los hombres indios sacando fotos a las turistas en bikini. Naiara les dice en un par de ocasiones que no queremos que nos saquen fotos, gracias... Por lo demás, qué a gustito nos bañamos!
Comemos tranquilamente en un chiringuito de playa y salimos hacia la playa de Candolim, mucho más explotada que la anterior y nos agobian bastante más ofreciéndonos tumbonas, sombrillas, fotos... El mar también es más abierto y cuesta bañarse sin tragar agua salada cada minuto, pero aún así, nadie nos quita los dos bañitos.
Vemos el atardecer desde la arena y disfrutamos de la brisa que se levanta; esto es el paraíso.
Después del atardecer y todavía con algo de luz, nos vamos hacia el fuerte de Aguada, también portugués, pero finalmente es muy tarde y apenas conseguimos ver el faro viejo, el nuevo y la silueta del fuerte, aunque es casi imperceptible.
Ya en Panaji, nos duchamos y salimos a cenar a un restaurante portugués, A Ferradura, donde disfrutamos de una cena deliciosa; bien merecen la pena los 15€ que hemos pagado.
Mañana es día grande, veremos los restos de San Francisco Javier el día mayor de la fiesta cristiana hecha en su honor. Hay que descansar...
Las vistas desde allí son espectaculares y tras pasear por él, decidimos ir ya a la playa, porque el calor aprieta ya. En la playa, alucinamos con el descaro de los hombres indios sacando fotos a las turistas en bikini. Naiara les dice en un par de ocasiones que no queremos que nos saquen fotos, gracias... Por lo demás, qué a gustito nos bañamos!
Comemos tranquilamente en un chiringuito de playa y salimos hacia la playa de Candolim, mucho más explotada que la anterior y nos agobian bastante más ofreciéndonos tumbonas, sombrillas, fotos... El mar también es más abierto y cuesta bañarse sin tragar agua salada cada minuto, pero aún así, nadie nos quita los dos bañitos.
Vemos el atardecer desde la arena y disfrutamos de la brisa que se levanta; esto es el paraíso.
Ya en Panaji, nos duchamos y salimos a cenar a un restaurante portugués, A Ferradura, donde disfrutamos de una cena deliciosa; bien merecen la pena los 15€ que hemos pagado.
Mañana es día grande, veremos los restos de San Francisco Javier el día mayor de la fiesta cristiana hecha en su honor. Hay que descansar...
Ese atardecer da vida! impagable!
ResponderEliminarTotalmente impagable, recarga pilas!
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