Madrugamos, nos duchamos y nos vamos a desayunar. Hoy va a ser un día muy especial, vamos a visitar a nuestros niños apadrinados y a su familia. A las 8:30 nos está esperando el coche para llevarnos a Molagavalli, el pueblo donde viven y que se encuentra a casi tres horas de la fundación, así que sin pensarlo mucho nos ponemos en marcha.
Ayer compramos todo lo necesario pero no conseguimos caramelos, por lo que paramos en Anantapur y los compramos con la ilusión a flor de piel.
Cenamos y publicamos todo lo que está retrasado, pero nos morimos de sueño así que, un besito de buenas noches... ondoloin!
Ayer compramos todo lo necesario pero no conseguimos caramelos, por lo que paramos en Anantapur y los compramos con la ilusión a flor de piel.
El viaje es largo, pero antes de llegar hacemos una parada, concretamente en la sede de la fundación de la región que estamos visitando, donde charlamos con el responsable mientras tomamos un café calentito.
Nos ponemos de nuevo en marcha y como imaginaréis, la emoción va subiendo y al llegar, vemos desde el coche a Sai, el niño apadrinado de Roberto, comprando golosinas en un puesto... ¡está tan grande!
La bienvenida es graciosa, no aciertan a ponernos las flores de los nervios! Nos hacen pasar dentro de la casa y como la vez anterior, nos traen un coco como obsequio.
Charlamos con ellos y mira por dónde Jayaprakash (apadrinado de Naiara), ha cambiado de idea: de mayor quiere ser ingeniero! Toma ya! Pero es que Sai, el pequeño, también! Les animamos y nos ponen al día de los cambios de colegio y avances en clase. Nada más entregarles la ropa, corren a cambiarse y salen encantados y agradecidos, a Jayakrapash le sobra bastante tela... pero dice que crecerá.
El año pasado la cara de susto no se la quitaba nadie a estos niños, pero este año todo son sonrisas y como las sonrisas alegran los corazones, ahí van unas cuantas:
Aquí estamos con los padres Maremma y Sreenivasulu y los tres niños: Swapna (15), la mayor de los hermanos, Jayaprakash (12) el mediano y Sai (10), el pequeño y más desinhibido.
La reunión se traslada después fuera de la casa, donde tenemos al pueblo entero de público y Sai no puede parar mucho tiempo quieto!
Nos despedimos con besos y promesas de que les enviaremos las fotos y esperamos todos que nos volvamos a ver. Para cuando llegamos a la Fundación son las 16:30 y estamos reventados. Como queremos compartir esto con vosotros casi a tiempo real, hacemos la selección de fotos en la habitación mientras descansamos un poco.
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