Nos despertamos sin demasiada prisa, no queda tanto que ver, así que entre ducha, desayuno y charla con los dueños, nos dan las 10 de la mañana. Vamos paseando tranquilamente por el barrio musulmán hasta llegar a Matancherry.
La idea es ir caminando hasta allí para visitar la sinagoga y el Palacio Holandés, pero casualidades de la vida, están cerrados los dos. Nuestro gozo en un pozo.
Sin mucho más que hacer, decidimos ir a enterarnos de los autobuses a Munnar, para lo que cogemos el ferry público a Ernakulam.
Allí, después de mucho preguntar, nos dicen que sólo hay autobuses por la mañana, por lo que vamos haciendo planes... que cambiarán a lo largo del día.Volvemos a Fort Kochi, donde elegimos nuestro pescadito en la orilla para que nos lo preparen en el Cuba Cafe, como ayer.
Volvemos un rato al hostel, descansamos y a media tarde damos un paseo hasta llegar al museo Indoportugues. Esta al lado del Obispado y contiene reliquias de cuando los Portugueses conquistaron esta zona de India, todas ellas relacionadas con la implantación del catolicismo.
Se va haciendo de noche poco a poco y todavía no tenemos muy claro lo que vamos a hacer mañana. Con la indecisión en el cuerpo, volvemos a cenar al restaurante tibetano. Al volver ya para dormir, nos encontramos con el dueño del hotel y tras varias llamadas, nos confirma que tenemos autobuses de Munnar a Madurai. Le pagados lo acordado y nos acostamos temprano, mañana tocara madrugar.
La idea es ir caminando hasta allí para visitar la sinagoga y el Palacio Holandés, pero casualidades de la vida, están cerrados los dos. Nuestro gozo en un pozo.
Sin mucho más que hacer, decidimos ir a enterarnos de los autobuses a Munnar, para lo que cogemos el ferry público a Ernakulam.
Allí, después de mucho preguntar, nos dicen que sólo hay autobuses por la mañana, por lo que vamos haciendo planes... que cambiarán a lo largo del día.Volvemos a Fort Kochi, donde elegimos nuestro pescadito en la orilla para que nos lo preparen en el Cuba Cafe, como ayer.
Volvemos un rato al hostel, descansamos y a media tarde damos un paseo hasta llegar al museo Indoportugues. Esta al lado del Obispado y contiene reliquias de cuando los Portugueses conquistaron esta zona de India, todas ellas relacionadas con la implantación del catolicismo.
Se va haciendo de noche poco a poco y todavía no tenemos muy claro lo que vamos a hacer mañana. Con la indecisión en el cuerpo, volvemos a cenar al restaurante tibetano. Al volver ya para dormir, nos encontramos con el dueño del hotel y tras varias llamadas, nos confirma que tenemos autobuses de Munnar a Madurai. Le pagados lo acordado y nos acostamos temprano, mañana tocara madrugar.
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