sábado, 15 de noviembre de 2014

Día 41 (14/11/2014) - Galle, Colombo y Negombo

Ayer ya habíamos pensado levantarnos para el amanecer, pero al final decidimos que no nos despertaríamos tan temprano. A las 5 pasadas nos despertamos muertos de calor, remoloneamos tratando de dormir y como no hay manera, nos vamos a pasear por el fuerte y ver el amanecer. Entre pitos y flautas no vemos el amanecer en sí mismo, pero pasear con las decenas de personas locales por el fuerte, con esas vistas y el fresco, es simplemente maravilloso.




Nos encontramos con muchas personas en el paseo, que también han madrugado para salir a andar y hacer ejercicio y es increíble la simpatía mañanera de esta gente: "moorningg sir!".


Ducha y salimos hacia Negombo,con la intención de parar en Colombo para hacer unas compras y ver la ciudad. De camino, el paisaje es maravilloso: el mar a la izquierda y el pueblo a la derecha.


Estamos llegando a Colombo (30km antes), cuando nos encontramos con muchísimo tráfico, gente, atascos, vacas, perros... todo junto en horrible caos. Solo os diremos algo de Colombo: jamás, bajo ningún concepto ni situación, entréis a Colombo en vuestro propio transporte, no, no y no. Vais a perder tiempo, salud mental y pulmonar, alegría de vivir, pelo (nervios), ilusión de vivir... en fin, esperemos que haya quedado claro. Por si acaso, mirad:




Nuestra mejor experiencia en Colombo es enviar un paquete a casa. Hay unos 20 funcionarios de correos en unas 40 ventanillas (sí, hay más ventanillas que currelas), cada uno tiene una idea, opinión e interés sobre el paquete, su contenido, el destino y forma de empaquetarlo. Resultado: 45 minutos después, habiendo tocado el paquete hasta la madre superiora y sin que nadie supiera darnos demasiadas explicaciones, consiguen pegar mil sellos, sellar cada esquina del paquete (por si acaso llegara sólo una parte) y darnos el resguardo. En todo ese tiempo, a Naiara sólo le queda pegarles o pegarse un tiro, pero conseguimos enviarlo, o eso es lo que queremos creer...

Con la histeria en el cuerpo y la energía de toda la semana gastada, salimos hacia Negombo sin haber hecho nada más. Vamos a Alma tours, donde vemos a Antonio (el que nos alquiló el tuk tuk) y quedamos para mañana para dejarle el tuk tuk y que nos devuelva la fianza. Cae el diluvio universal, por lo que cogemos un buen hotel con piscina (para mañana) y vamos a cenar a guirilandia, en Negombo no hay otra cosa... De todas formas, se agradece un poco de "losing my religion" después de mes y medio.  Ondoloinnnnnn!

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