Son las 6 de la mañana y ya estamos de pie, recogemos todos los bártulos y salimos a la calle en busca de un rickshaw que nos lleve a la estación de tren. Llegamos, compramos el billete por un precio irrisorio, y nos montamos en el tren. Al ser el punto de partida, vamos prácticamente solos y nos acomodamos divinamente.
Pasan las paradas y cada vez sube mas gente al tren, por lo que acabamos haciendo el trayecto como sardinas en lata y Naiara compartiendo un asiento individual con otra señora.
Llegamos a Ernakulam, donde después de hacer cola y de mucho preguntar, nos dicen que tenemos que ir a la parada de autobuses para poder ir a Fort Kochi, nuestro destino. Una hora más tarde, llegamos al lugar deseado y antes de ponernos a mirar dónde dormir, nos viene un señor ofreciendonos alojamiento. Negociamos el precío y vamos a ver su hostel, está bien así que aquí nos quedamos.
Duchita y nos dirigimos a ver la basilica de Santa Cruz, construida en 1902. Al llegar nos encontramos a un grupo de niñas que estan tocando música y antes de entrar disfrutamos del espectaculo. Dentro, vemos la verdadera cara de Jesucristo Superstar! Esto es India...
Salimos y nos dirigimos al puerto para ver las redes de pesca chinas, que se encuentarn en la orilla y que son utilizadas para capturar un rico pescado, que más tarde tendremos la suerte de degustar.
Damos un paseo a orillas del mar y nos dirigimos al cementerio holandes, que data de 1724. Por último visitamos la Iglesia de San Francisco, un lugar muy curioso, ya que se conserva la tumba de Vasco de Gama, el conquistador portugués, que falleció en Kochi en 1524 y que estuvo enterrado en esta iglesia durante 14 años, antes de que sus restos fueran trasladados a Lisboa.
Por la tarde vamos a ver un espectáculo de Kathakali, una representacion teatral de unos 500 años de antigüedad, donde se interpretan poemas épicos hindúes. El maquillaje y la vestimenta son espectaculares, y la puesta en escena con la musica en directo resulta muy interesante.
Salimos ya de noche de ver la actuación y nos quedamos a cenar en el restaurante Tibetano que se encuentra a la salida del recinto. De aquí directos a la cama.
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