Suena el despertador y todavía no ha amanecido, pero hacemos un gran esfuerzo para asistir, cada uno por su lado, al rezo matinal del Ashram, donde se cantan como un mantra los 1000 nombres de Dios. Nos invitó Tripta ayer y nos picaba la curiosidad. Naiara se dirige al templo, donde rezan las mujeres y Roberto al recinto utilizado por los hombres.
No sabemos si es por culpa de las películas, que muestran siempre un halo místico y mágico o qué pasa, pero ambos acabamos luchando por no caer dormidos... Al terminar, no se nos ocurre nada mejor que hacer que volver a acostarnos y así lo hacemos. Tenemos la ocasión de sacar alguna foto desde la 14ª planta donde nos alojamos y ahí van, aunque no sabemos si estaba permitido...
Pasamos el resto de la mañana tratando de averiguar si habrá o no servicio de ferrys para las Backwaters, pero nadie parece saber nada. Finalmente y ya agobiados con la idea de tener que quedarnos una noche más en el Ashram, alguien responde al teléfono y confirma que ha salido un barco. Menos mal...
Recogemos todo y comemos algo antes de partir. Nos despedimos de Tripta y tras una última mirada, sentenciamos: este NO es nuestro sitio!
Cogemos el barquito al otro lado del Ashram y resulta que es uno que han alquilado una pareja mayor de daneses muy simpáticos y no sabemos bien por qué, a nosotros nos cuesta la mitad... pero bien está!
Del paseo sólo se puede decir que relaja bastante más que el Ashram y pasamos el viaje (unas 5 horas hasta Allepey), analizando el contexto que estamos viviendo, causas, efectos, futuribles... Podría decirse que navegando por la vida.
No sabemos si es por culpa de las películas, que muestran siempre un halo místico y mágico o qué pasa, pero ambos acabamos luchando por no caer dormidos... Al terminar, no se nos ocurre nada mejor que hacer que volver a acostarnos y así lo hacemos. Tenemos la ocasión de sacar alguna foto desde la 14ª planta donde nos alojamos y ahí van, aunque no sabemos si estaba permitido...
Pasamos el resto de la mañana tratando de averiguar si habrá o no servicio de ferrys para las Backwaters, pero nadie parece saber nada. Finalmente y ya agobiados con la idea de tener que quedarnos una noche más en el Ashram, alguien responde al teléfono y confirma que ha salido un barco. Menos mal...
Recogemos todo y comemos algo antes de partir. Nos despedimos de Tripta y tras una última mirada, sentenciamos: este NO es nuestro sitio!
Cogemos el barquito al otro lado del Ashram y resulta que es uno que han alquilado una pareja mayor de daneses muy simpáticos y no sabemos bien por qué, a nosotros nos cuesta la mitad... pero bien está!
Del paseo sólo se puede decir que relaja bastante más que el Ashram y pasamos el viaje (unas 5 horas hasta Allepey), analizando el contexto que estamos viviendo, causas, efectos, futuribles... Podría decirse que navegando por la vida.
Llegamos a Aleepey y cogemos una habitación por 300 rupias que nos habían ofrecido por 500, no está nada mal... Cena y a dormir, mañana toca madrugar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario