domingo, 30 de noviembre de 2014

Día 55 (28/11/2014) - Bus a Mysore

Madrugamos para coger el bus de la 7 de la mañana que nos lleva a Mysore. El trayecto dura unas cinco horas, así que para la hora de comer esperamos estar en la ciudad. Hacemos bastantes paradas y en una de ellas, entablamos conversación con Pablo, un porteño majísimo que viene de haber vivido durante un año en Nueva Zelanda y sin expectativas sobre el viaje en India, salvo el viaje que tiene hoy hasta Hampi.


Pasamos el resto del camino charlando con él y nos da ciertos consejos sobre el viaje que planeamos para el próximo año a Sudamérica. Se intersa también por la Fundación Vicente Ferrer y quedamos en que, si hay suerte, nos veremos en Goa o en la fundación. La verdad es que en este viaje estamos conociendo a gente increíble y muy interesante. Un placer.

Ya en Mysore, nos despedimos y vamos en busca de alojamiento que, una vez más, es carísimo para lo que esperábamos. En cualquier caso, encontramos un hotel digno y salimos a comer, porque nos morimos de hambre... Las estampas que se suceden son las habituales de India... como ver a una vaca casi dentro de un restaurante!


Nos dirigíamos hacia ningún lado en concreto cuando un conductor de rickshaw nos ofrece enseñarnos el mercado musulmán y alguna cosa más por menos de un euro. Nos lo pensamos y como tampoco sabemos por dónde empezar, nos vamos con él. El mercado musulmán es una maravilla y como muestra, ahí van algunos de sus productos:

                     

                     

                     

Nos lleva también a una tiendita donde hacen incienso y aceites esenciales de manera artesanal.



La visita termina en la tienda típica para blanquitos, pero como no somos nuevos en esto, no picamos... mala suerte! Nos despedimos del conductor, que se queda algo malhumorado y nos dirigimos a los alrededores del famosísimo Palacio Real de Mysore. Junto a una de las puertas, nos encontramos con toda una fiesta: percusionistas, mujeres rezando con cánticos, gigantes, gente disfrazada y hasta un altar de metal plateado. ¿Pero qué pasa aquí? 


No tardamos mucho en encontrar la razón: un gurú espiritual ha venido a verles y le han preparado toda una romería... This is India!


Ya en las puertas del Palacio, admiramos su silueta al terminarse el día...




Desde allí vemos unas luces... ¿qué será eso? Nos acercamos, vemos hordas de indios yendo hacia allí y cual mosquitos atraídos por la luz, entramos en el recinto.


Dentro, todo es fiesta: millones de tienditas delimitan un camino que lleva hasta más tienditas, música a miles de decibelios, puestos de comida, alguna atracción surrealista y stands con luces multicolor donde venden desde bicicletas estáticas, hasta juguetes creativos para niños (algo interesante hemos encontrado Lur, Mutiko, Morroxko) ... En definitiva, una grandísima fiesta donde somos unos de los pocos blancos (no vimos a nadie más), por lo que nos mezclamos con los locales tratando de pasar desapercibidos.

El cansancio nos hace volver temprano al hotel. Toca descansar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario