Hoy nos levantamos con mucha calma... Desayunamos y dejamos las maletas en la bodega del hostel para venir a buscarlas después. Hoy vamos a visitar el Museo Pumapungo, gratuito y con restos arqueológicos de la antigua ciudad inca Tomebamba. Decidimos caminar a lo largo del río hasta el museo y la verdad que las vistas son preciosas.
Una vez allí, nos encontramos con una fiesta tremenda que organiza el ayuntamiento, con motivo del carnaval que tan próximo está (está incluso la Reina del Carnaval de Cuenca). En el interior del Museo podemos ver las recreaciones a tamaño real de las diferentes comunidades que han habitado y siguen habitando Ecuador y podemos ver algunas cabezas reducidas de los Shuar. Lástima que no se permita hacer fotos dentro...
Una vez fuera, visitamos las ruinas como ya hiciéramos en Ingapirca, sólo que éstas son más pequeñas.
Además, el complejo tiene un bonito jardín lleno de diferentes especies de plantas y flores.
Finalmente, también hay unas jaulas (del tamaño de una habitación pequeñita) donde muestras diferentes aves que solían habitar la zona.
Verlas tan cerca es bonito, pero no tanto como para olvidar que están encerradas sin poder casi volar... Vemos incluso algún lorito que trataba de romper la malla metálica con el pico... terrible después de haber visto estos animales en libertad en la selva.
Volvemos al hotel, recogemos las maletas y salimos hacia la terminal de buses, donde no nos da tiempo de llamar a Maruja, que nos está esperando en Machala. El viaje se hace eterno y al llegar a casa nos están esperando con los brazos abiertos. Guillermo, su mujer, Marisa y Maruja nos acompañan mientras cenamos y nada más comenzar a charlar, nos sentimos como en casa. Una vez más, lo mejor de este país... es la gente que nos acompaña en el viaje!
Hace calor y nos cuesta dormir, pero después de una ducha fresquita, caemos rendidos. Hoy dormimos en casa, ondoloin!
Una vez allí, nos encontramos con una fiesta tremenda que organiza el ayuntamiento, con motivo del carnaval que tan próximo está (está incluso la Reina del Carnaval de Cuenca). En el interior del Museo podemos ver las recreaciones a tamaño real de las diferentes comunidades que han habitado y siguen habitando Ecuador y podemos ver algunas cabezas reducidas de los Shuar. Lástima que no se permita hacer fotos dentro...
Una vez fuera, visitamos las ruinas como ya hiciéramos en Ingapirca, sólo que éstas son más pequeñas.
Además, el complejo tiene un bonito jardín lleno de diferentes especies de plantas y flores.
Finalmente, también hay unas jaulas (del tamaño de una habitación pequeñita) donde muestras diferentes aves que solían habitar la zona.
Verlas tan cerca es bonito, pero no tanto como para olvidar que están encerradas sin poder casi volar... Vemos incluso algún lorito que trataba de romper la malla metálica con el pico... terrible después de haber visto estos animales en libertad en la selva.
Volvemos al hotel, recogemos las maletas y salimos hacia la terminal de buses, donde no nos da tiempo de llamar a Maruja, que nos está esperando en Machala. El viaje se hace eterno y al llegar a casa nos están esperando con los brazos abiertos. Guillermo, su mujer, Marisa y Maruja nos acompañan mientras cenamos y nada más comenzar a charlar, nos sentimos como en casa. Una vez más, lo mejor de este país... es la gente que nos acompaña en el viaje!
Hace calor y nos cuesta dormir, pero después de una ducha fresquita, caemos rendidos. Hoy dormimos en casa, ondoloin!
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