lunes, 2 de marzo de 2015

Día 39 (28/02/2015) - Nevado Pastoruri

La mañana comienza con un desayuno rápido y salimos hacia la agencia desde donde sale el tour de hoy al Glaciar Pastoruri, a 5000 metros de altura. Tras las vueltas de todos los días para buscar a pasajeros y el consiguiente cabreo, salimos hacia allá por fin.

Las vistas son simplemente impresionantes:


La primera parada es en las aguas gasificadas naturales, muy sorprendentes al borde de la carretera.




Después nos muestran la pequeñísima laguna de los 7 colores, que tiene unas dimensiones de 4,5 metros de ancho, por más de 80 metros de profundidad!



Finalmente, la última parada antes del glaciar son las asombrosas plantas Puya Raimondi, que pueden llegar a vivir 100 años y medir hasta 15 metros de altura. Vemos la más alta (12 metros) registrada en el Parque Nacional Huascarán y la verdad, es muy alta! 




De camino al Glacial Pastoruri, vamos charlando con el guía sobre el retroceso que está sufriendo el mismo. Para hablar en cifras, desde 2008, ha perdido el 45% de su tamaño: 200 metros en altura y 1,5 kilómetros de extensión. Ante estas cifras espeluznantes, preguntamos por qué se está haciendo por rescatarlo y nos preguntamos si nuestra presencia (y la de todos los turistas que lo visitan cada día) no será dañina...

No queremos entrar a juzgar las decisiones tomadas por las autoridades en este sentido, pero sacamos en claro que es indispensable una buena educación medioambiental, programas de rescate y sobre todo, cerrar o al menos restringir las visitas al glaciar. Con la culpa encima, emprendemos la caminata hasta los 5000 metros de altura, masticando hojas de mate para el soroche (mal de altura).


La recompensa no se hace esperar y a pesar del camino casi sin respirar, la naturaleza nos ofrece un regalito para los sentidos:






Con el corazón un poquito encogido de ver la destrucción, bajamos de nuevo hasta el minibus, recogiendo restos de plástico, envoltorios, vasos de plástico.... sin comentarios.


De vuelta a Huaraz, nos detenemos brevemente a observar las pinturas rupestres del 500 a.C, bastante difuminadas por el paso del tiempo y del agua.


El día ha sido maravilloso y algo agotador. Toca recuperar fuerzas para mañana, por lo que cenamos algo en el hostel y nos vamos a dormir. El despertador sonará temprano para visitar la Laguna 69. Ondoloin!

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