Ha estado lloviendo a mares durante toda la noche y al despertar, tememos que siga en las mismas. Nos vestimos y al salir a desayunar... sorpresa! No cae ni una gota y es más, parece que va a salir el sol! Desayunamos, acomodamos nuestras mochilas (que van a tope!) y en marcha. La primera parada la hacemos en una tiendita del pueblo, donde nos dan a probar la chica de choclo morado (una especie morada de maíz).
Y después de ofrecerle unas gotas a la Pachamama, damos un traguito corto para no empezar borrachos (jajajja) y nos ponemos verdaderamente en marcha por fin.
La primera parte de la caminata es llana y no transcurre por el Camino Inka. Nos sirve como calentamiento para lo que vendrá luego...
En un rato, el camino comienza a ascender y vamos literalmente por encima del río. El sol está pegando fuerte ya y se va notando el esfuerzo.
Durante el trayecto, vamos conociendo los cultivos de la zona, como este de hoja de coca, que repetimos, no es cocaína!!!
A partir de ese momento comienza la subida en serio, dura y húmeda, hasta llegar al Camino Inka Original. En todo caso, nuestros guías Gustavo e Irvin se apiadan de nosotros, y hacemos bastantes paradas. La primera de ellas, en la llamada Primera Casa del Mono, ¿por qué será?
De ahí, seguimos caminando y disfrutando del paisaje espectacular.
Llegamos a la Segunda Casa del Mono después de otra subida dura y allí, en vez de un mono, vemos a una especie de castor bien cariñoso!
Nos enseñan los productos típicos de la zona e incluso degustamos algo de cacao, pisco y stevia (tan de moda ahora por España). Además, nos pintamos y vestimos con sus pendas tradicionales para hacernos la foto de grupo... somos las Sexy Llamas!
Y por fin conocemos al mono, que se sube a nuestro hombro en cuanto nos acercamos!
Después de las risas y el descanso, toca seguir unas horas más el ascenso... Es indudablemente duro, pero las vistas compensan el esfuerzo con creces!
Después de comer en un restaurante del camino, nos volvemos a poner en marcha, parando para refrescarnos un poco en el río... eso sí es grande!
El colofón aventurero del día es la orolla o tarabita en la que cruzamos el río... No diremos más que el sistema es rudimentario: te montas en la orolla, sin ningún tipo de seguridad, y la persona que está al otro lado tira de una cuerda para transportarte, a pulso... Actualizaremos este post con fotos que nos han sacado nuestros compañeros, pero hasta que lleguen, aquí tenéis el artefacto...
Después de unas 9 horas caminando, el premio es magnífico: unos baños termales en plena naturaleza!
Después, nos retiramos a descansar, mañana tendremos tirolinas y otras tres horitas de caminata hasta Aguas Calientes... Macchu Picchu está más cerca..... Ondoloin!
No hay comentarios:
Publicar un comentario