lunes, 16 de marzo de 2015

Día 51 (12/03/2015) - Comienza el Inka Jungle

Tempranito arriba y terminamos de preparar todo para la aventura. Desayunamos algo en el mismo hostal (cocinado por nosotros mismos) y salimos a la calle a encontrarnos con nuestro grupo de los próximos días.


Desde que llegamos al punto de encuentro hasta que finalmente salimos, pasa algo mas de una hora y en ese tiempo, caminamos por Cusco hasta encontrar la furgoneta, esperamos a pasajeros, cargamos bicicletas y hasta echamos gasolina. Pero finalmente, salimos.



El camino hasta el punto de salida de las bicis es largo y hacemos una parada cerca de Ollantaytambo para comer algo.


Tras más carretera, llegamos a Abra Málaga a una altura de mas de 4300m, desde donde comenzaremos a descender durante 48km. Conseguir un equipo completo para los dos es una odisea (unos se echan la culpa a otros, pero la verdad es que ninguno se ha ocupado de organizar eficazmente las cosas), pero por cabezonería de Naiara los dos conseguimos las protecciones para todo el cuerpo. Ya equipados, nos ponemos en marcha.

Todo el trayecto es asfaltado, pero con la llovizna constante hay que andar con cuidado... Ademas en tramos tenemos que cruzar riachuelos o casi ríos y en estas situaciones nos mojamos de arriba abajo.

A pesar se la lluvia y la niebla, a cachitos se puede apreciar la belleza natural que nos rodea: montañas, ríos, valles... A mitad de camino hacemos una paradita y podemos sacar algunas fotos ya que en marcha no esta permitido por seguridad.


Al retomar el camino, nos vamos dispersando y vamos mas tranquilos, a nuestro aire. Paramos a hacer fotos... y nos saltamos solo un poquito la norma.



En uno de los riachuelos Naiara sufre un accidente acuático ya que una furgo que venia detrás y que Naiara no oye, pasa a toda velocidad por su lado y la refresca de los pies a la cabeza. Roberto, claro, le grita lo guapo que es, aunque esto no hace que Naiara se seque...

A unos minutos de concluir con el paseo, nos encontramos con un derrumbe tan reciente, que un coche sigue estando atrapado en el lodo. Tras varios intentos y mucho esfuerzo, consiguen sacar de allí el coche y podemos seguir con el camino, aunque ya a pie.


La fungoneta nos lleva hasta Santa María, donde pasaremos hoy la noche, y después de quitarnos las botas que literalmente chorrean agua, comemos y dedicamos el resto de la tarde a estar de cháchara con el grupo.


En total somos dos suizas, un francés, una china, un sueco, una israelí, una argentina, una alemana, una holandesa y nosotros dos. Como veis, un grupo bien diverso.

Cenamos y a descansar, mañana es el día más duro, con unas nueve horas de caminata. Ondoloin!

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