Día 46 (07/03/2015) - Líneas de Nasca

Nos levantamos temprano y nos preparamos para salir del hostel. Tenemos que ir a la compañía Aeroparacas desde donde un minibús nos llevara al aeropuerto para realizar el vuelo en avioneta sobre las famosas Líneas de Nasca.

Llegamos a la terminal y tras pesarnos, pagar las tasas del aeropuerto y esperar como media horita, nos disponemos a realizar el vuelo que dura aproximadamente treinta minutos.

Nos preparamos para la acción, los cascos de aviador nos quedan de lujo y ademas resulta curioso poder escuchar la conversación que mantiene el piloto con la torre de control. Comenzamos a volar y disfrutamos enormemente de ir en un aparato tan pequeño, ya que estamos siete personas (los dos pilotos, tres franceses y nosotros dos). El avión realiza giros bastante pronunciados y sentir la adrenalina circulando por el cuerpo es genial.

Después de un rato de vuelo comenzamos a verlas figuras, y realmente nos quedamos impresionados de todas las líneas y símbolos que se pueden observar en la inmensidad del desierto. En total, contemplamos unas doce figuras bien identificadas, y a continuación os dejamos algunas de las más representativas.

La ballena.

El astronauta o el chamán.

El colibrí, la más espectacular.

La araña.

Llevamos un rato en el aire realizando bastantes giro, con lo que la señora francesa empieza a sentirse algo mareada y a Naiara también le entra en poquito de mareo. Acabamos el trayecto con un viaje cortito de retorno al aeropuerto y tras realizar un aterrizaje de lo mas tranquilo, bajamos de la avioneta a tierra firme.

El piloto nos dice que nos podemos sentar en la cabina y nos sentimos aviadores por un momento, alucinando con toda la instrumentación que tiene. Por otro lado, la piloto nos dice que esperemos un poco, y al cabo de un rato nos da un diploma donde consta que hemos sobrevolado las lineas de Nasca y nos dice que además, si queremos nos sellan el pasaporte.

El resto de la mañana (y parte del mediodía) la pasamos actualizando el blog, que lo teníamos un poco abandonado con tanto trajín...

Vamos a comer algo a un sitio bonito (y bastante caro) y resulta que el dueño es asturiano! Conversamos un poco con él y dedicamos el resto de la tarde a merodear por Nasca hasta que llega la hora del bus. 

Esperando al bus que nos llevará de noche a Arequipa, llega una horda de gringos que viajarán con nosotros y que no hacen más que beber pisco sour y hablar altísimo... Puede que sea una noche larga...

Finalmente y en honor a la verdad, tras unos minutos de jaleo, el autobús queda en total silencio y a descansar (después de la peli, claro!). Ondoloin!!!