La mañana comienza con calma, desayunamos tranquilamente y salimos a la ciudad con un par de objetivos claros: visitar el Museo Larco y la catedral, donde está enterrado el conquistador Francisco Pizarro.
Este es nuestro hostel:
Llegar al museo es toda una odisea, porque está como a 30 cuadras de distancia, pero hay quien nos ayuda y finalmente no necesitamos coger ningún taxi, sino que lo hacemos en colectivo.
En el Museo Larco, se recogen restos arqueológicos desde que hay constancia de civilizaciones en el Perú: cerámicas y restos de artículos de metal utilizados para rituales, por ejemplo. Os dejamos algunas imágenes para que os hagáis una idea de la magnitud de la colección.
Si la colección arqueológica ya es impresionante, el enclave no se queda atrás y está repleto de flores, jardines y como colofón, un restaurante precioso (y con precios bien inflados) en pleno jardín... La tentación es grande, pero somos fuertes y conseguimos salir de allí a tiempo.
Otros dos colectivos nos llevan al centro (no sin dificultad...) y allí buscamos un restaurante típico limeño, El Queirolo.
Con el estómago lleno, vamos a visitar la catedral, donde después de pagar 10 soles de entrada, vemos la tumba de Francisco Pizarro, a quien para haber sido conquistador, le han dedicado toda una capilla; sorprendente cuando menos.
Merodeamos por la catedral, que tiene además un par de criptas y una colección de objetos litúrgicos bastante grande y nos detenemos a ver el altar principal.
De vuelta en la calle, decidimos volver hacia el hostel paseando tranquilamente, mientras pensamos cómo plantear los próximos días.
Salimos a cenar al sushi de ayer, que estaba muy rico y hoy sí, tenemos foto!
Preparamos las mochilas y nos acostamos, porque mañana saldremos de madrugada del hostel para coger un bus a Paracas. Ondoloin!!!
Este es nuestro hostel:
Llegar al museo es toda una odisea, porque está como a 30 cuadras de distancia, pero hay quien nos ayuda y finalmente no necesitamos coger ningún taxi, sino que lo hacemos en colectivo.
En el Museo Larco, se recogen restos arqueológicos desde que hay constancia de civilizaciones en el Perú: cerámicas y restos de artículos de metal utilizados para rituales, por ejemplo. Os dejamos algunas imágenes para que os hagáis una idea de la magnitud de la colección.
Si la colección arqueológica ya es impresionante, el enclave no se queda atrás y está repleto de flores, jardines y como colofón, un restaurante precioso (y con precios bien inflados) en pleno jardín... La tentación es grande, pero somos fuertes y conseguimos salir de allí a tiempo.
Otros dos colectivos nos llevan al centro (no sin dificultad...) y allí buscamos un restaurante típico limeño, El Queirolo.
Con el estómago lleno, vamos a visitar la catedral, donde después de pagar 10 soles de entrada, vemos la tumba de Francisco Pizarro, a quien para haber sido conquistador, le han dedicado toda una capilla; sorprendente cuando menos.
Merodeamos por la catedral, que tiene además un par de criptas y una colección de objetos litúrgicos bastante grande y nos detenemos a ver el altar principal.
De vuelta en la calle, decidimos volver hacia el hostel paseando tranquilamente, mientras pensamos cómo plantear los próximos días.
Salimos a cenar al sushi de ayer, que estaba muy rico y hoy sí, tenemos foto!
Preparamos las mochilas y nos acostamos, porque mañana saldremos de madrugada del hostel para coger un bus a Paracas. Ondoloin!!!
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